Revista Cocina
Era un capricho grande el que yo tenía con las flores de calabacín.
Al fin me decidí a pedírselas a esa bendita vecina que tienen huerta y , para mi sorpresa, me cayó una pequeña riña.
Que cómo las pido ahora, que casi ya no hay, que con lo largo que es el verano y el hartazón que tenía de calabacines,que el año que viene las pidas primero.
¡Glup!
El caso es que ya hice las dichosas flores de calabacín rellenas.
Para freírlas opté por una masa de harina y cerveza.No me quedaron muy allá pero el antojo se me quitó.Y para el relleno seguí la receta de Jamie Oliver que usa ricotta pero yo me quedo en mi tierra y le puse requesón,que es lo mismo pero barro para casa.
Y termino con una perogrullada:la flor de calabacín sabe a calabacín frito;o sea, si alguna vez habéis hecho rodajas de calabacín rebozadas y fritas, es un sabor similar.
Ingredientes
Diez flores de calabacín
Para la masa
Harina (la que admita la masa) Tiene que quedar una textura de masa similar a la masa para hacer creps para que cubra bien la flor.
Medio bote de cerveza
Aceite para freír
Para el relleno
Requesón o cualquier queso fresco o de untar
Sal
Pimienta
Unas gotas de zumo de limón
Unas hojitas de menta picadas
Preparación
Lo primero que hay que hacer es quitar los estambres del interior de la flor, lavarlas y secarlas con mucho cuidado.
Abrimos los pétalos y ponemos una cucharadita o dos del relleno.
Cerramos y enroscamos como si fuera un papel de caramelo.
Pasamos por la masa del rebozado y freímos.
Ya os dije que el resultado del rebozado no fue muy lucido,las flores son difíciles de manejar en la fritura por su delicadeza,pero bueno, ahí queda el primer intento.