
A pesar de ser la localidad donde Dave Grohl pasó buena parte de su adolescencia, Foo Fighters no tocan allí desde 1998. Así las cosas, un fan llamado Andrew Goldin inició una campaña junto a tres amigos que ha vendido ya 1.400 entradas a 50 dólares cada una, y que parece haber convencido ahora al grupo.
Desde un momento quedó claro que se devolvería el dinero de las entradas en el caso de que Foo Fighters no quisieran hacer el concierto, que además necesita conseguir un 'sold out' (todo vendido) para cubrir los gastos de organización y realización.
La campaña ha superado ya los 70.000 dólares inicialmente presupuestados. Además, se han sumado dos negocios locales (Brown's Volkswagon y Sugar Shack Donuts) aportando 5.000 dólares, con la intención de regalar a sus clientes las entradas que les correspondan. Todavía no hay fecha ni lugar para el concierto.Redacta: @AlfonsoDCC