Revista Vino
Éste es un vino "coup de coeur". Cuando me contaron que Elisabetta Foradori tenía un vino blanco seco a punto, perdí los papeles. Mis amigos de Vinialia lo distribuyen en Barcelona (de hecho, creo que allí donde se les diga) y con rapidez me vendieron un par de botellas. Como casi siempe, acabo no anotando el precio, pero creo recordar que anda sobre los 15€. Qué más da...es el primer blanco de Elisabetta y hecho, además, con una uva no habitual: IGT Vigneti delle Dolomiti con nosiola, la uva blanca que, casi siempre, se destina al vinsanto Trentino. No sé por qué la cabeza se me fue a la prehistoria de Mark Angeli: La Tour Blanche, Bonnezeux, para acabar rindiéndonos con unos blancos secos epustuflantes, que son vinos de la tierra.
El Fontanasanta 2009 va por ahí, aunque todavía está unos peldaños por debajo de la chenin blanc de Angeli. Pero llegará lejos. Es una uva compleja, que suele madurar tarde, en altura y en viñedos soleados. Tiene una gran ventaja para las fermentaciones arriesgadas: su hollejo es muy pruinoso. Creo que eso todavía no se nota en el Fontanasanta 2009, pero todo se andará...Frescor apabullante, trago afilado y penetrante, con un mínimo carbónico al principio. Huele a granja este vino, a avellanas algo tostadas, a huevos frescos en el campo. Huele a pan rústico y a levadura este vino. Tiene el punto amable y zalamero de la pera de Sant Joan, huele a piel de la moscatel de Teulada, cuando te quedas con su pulpa en las manos. Es de trago penetrante, sí, pero amable. Remata con un punto final algo amargo y verdoso, de nueces verdes. Es un vino * * * .