El pasado Viernes fuimos a conocer la Freiduría “El Trasmallo” que se inauguró hace poco mas de una semana, y son ya muchos los vecinos que nos recomendaban ir a conocerla. Para los sevillanos no es nada nuevo comerse un buen pescaíto frito en El Trasmallo, un lugar con gran tradición de la capital sevillana y donde ahora, los vecinos de Montequinto tenemos el placer de poder disfrutar de sus productos muy cerquita de casa.
Situada en el cruce de la calle Madre Paula Montalt con calle Calígula, donde estaba el antiguo Bar “Amorro”, no disponen de terraza pero si de un gran salón en la parte alta del local que aún mantienen cerrado, pero que seguro que si la demanda continúa lo abrirán en breve.
El lugar es un poco “agobiante”, el ir y venir de camareros con cervezas, tintos, litros y cartuchos de pescado es constante, pero ya uno sabe cuando va a un lugar de estos que no puede buscar la tranquilidad y el sosiego de un restaurante, este lugar es para disfrutarlo en familia o con amigos, para pasar una divertida noche acompañado de una buena comida y reírte con la simpatía de los camareros, que de eso les sobra.
A pesar de haber inaugurado hace poco, ya es difícil coger mesa libre, sobre todo un Viernes por la noche, así que mientras esperábamos nuestro turno nos tomamos una cervecita muy fría en la barra acompañada de una tapa de Mojama. El ambiente es muy agradable, de las cervecerías de toda la vida, con gente hablando, riendo y pasándolo bien.A los 15 minutos pudimos sentarnos en la mesa y como éramos solo dos personas, pedimos la cantidad mínima de varios pescados (180 gr) para poder probar varias cosas. Pedimos adobo, calamares y gambas con bechamel. No es fácil conseguir un buen rebozado, que este crujiente, que no se separe del pescado y que no tenga mucho aceite, para mi esto es fundamental, y aquí estos requisitos se cumplen con creces. El adobo es suave, perfectamente enharinado y con la cantidad justa de aceite. Es muy normal cuando uno come en cualquier freiduría que el cartón donde te la sirven tenga mas aceite que la propia freidora, aquí no es el caso, el papel apenas se mancha de aceite lo que demuestra que esta gente sabe lo que hacen.
Los calamares muy tiernos por dentro y crujientes por fuera, en su punto justo. Y las gambas con bechamel deliciosas, al igual que lo demás perfectamente rebozado y con mucho sabor.Cabe resaltar la calidad del pescado que utilizan, todo muy fresco y con tan buena pinta como buen sabor, en pocas freidurías puede uno encontrar un pescado con esta calidad.
En cuanto al precio, no es barato si lo comparamos con otras freidurías, pero contando con la calidad que sirven el precio esta muy bien, la cena para dos personas con todo lo que hemos comentado nos salió por 18,50 € y salimos bastante satisfechos tanto por la cantidad como por la calidad.
Seguro que volveremos mas de una vez este verano, sino para comer allí será para pedir el pescado para llevar y disfrutarlo en casa. Les deseamos toda la suerte del mundo en su nueva andadura en nuestro barrio y les auguramos un gran futuro siempre que conserven la calidad que tienen actualmente. Bienvenidos a Montequinto!