Como primera receta, a la vuelta del descanso veraniego, me he decantado por un rico y sencillo plato de pasta.
Garganelli
es un tipo de pasta
de tubo corta, rallada, en forma de rombo, típico del norte de Italia.
Esta receta se puede hacer con cualquier tipo
de pasta que os guste, pero como he dicho en anteriores ocasiones hay que estar
abiertos a nuevas formas de pasta, así parece que cambiamos de plato.
Es perfecta para tomar en verano o cuando haga
un poco de calor, ya que además de hacerse con anterioridad, fresca está
buenísima y apetitosa.
Ingredientes
para 4 personas:
400 gr. de garganelli
400 gr. de tomates rojos carnosos
La ralladura y el zumo de media lima
Unas hojas de albahaca morada
Sal, pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
Hervir la pasta siguiendo las indicaciones del
fabricante.
Escurrir bien y regar con un poco de aceite. Dejar enfriar.
Mientras pelar, despepitar y cortar en dados los tomates.
Aliñarlos con el zumo de la lima, un poco de
sal, pimienta negra y aceite.
En una fuente de servir mezclar la pasta con
los tomates, añadir la albahaca picada y la ralladura de limón.
Reservar en la nevera si se desea comer frío.
NOTA: Se puede emplear el tipo de pasta corta que más os guste o tengáis en
casa.
** Los tomates se pueden pelar haciéndoles una
incisión en forma de cruz en la base, escaldarlos un minuto, refrescarlos y
quitarles la piel.
** Yo no los escaldo, los pelo con un pelador, avanzo más y quedan muy bien.
**La lima le aporta otro frescor, pero ese
puede sustituir por limón.
** Si no tenéis albahaca morada ponerla verde,
es para cambiar un poco el sabor de la albahaca de siempre y el color.
** La cantidad de aceite a vuestro gusto, de
todas maneras antes de servirlos a la mesa los volvéis a rociar, ganarán en
sabor.