Mi profesora de pastelería me enseñó que los waffles (también conocidos como gaufres o gofres) deben tener cavidades profundas, cuando más profundas mejor, porque ahí reposará aquello que decidamos ponerle: cantidades enormes de miel, abundante sirope de maple o el espeso y amargo jarabe de chocolate. Yo como soy muy obediente, en lo que conseguí una plancha para waffles con esas características no dudé en comprarla, tenía todo lo que necesitaba: plancha para waffles profundos, otra para hacer paninis triangulares y otra adicional lisa (que aun no uso) y todo a un precio realmente regalado.
Lo que yo no sabía es que la bendita wafflera (de una marca poco conocida por decir lo menos) apenas si logra calentar para cumplir su propósito. Pronto descubrí que las instrucciones no servían para nada, así como el bombillo que indica cuando un waffle está listo. Mi wafflera es la más chimba del mundo, o a lo mejor fue hecha para probar la paciencia de su dueño, y es que hacer un par waffles tarda nada más y nada menos que ¡¡10 minutos!! ¡si señor! una wafflera de verdad tarda de 2 a 4 minutos pero con la mía hay que tener paciencia y de la buena.
Lo bueno es que descubrí todas las cosas que se pueden hacer mientras espero a que estén listos mis gaufres, porque además es bien sabido que si te quedas ahí parado esperando a que algo esté listo, el tiempo transcurrirá más lento (eso es un hecho científico, cualquiera que espere parado mientras hierve el agua para el café lo sabe). Así que programo mi reloj de cocina para que suene a los 10 minutos, mientras hago algunas cosas entre tanda y tanda:
- Regar las plantas y añadir vitaminas, pelear con los respectivos bichitos y matarlos uno a uno con insecticida mientras le mento la madre a todos.
- Poner la mesa con miel, maple, chocolate, crema, frutas y/o mantequilla, hacer café y batir la leche.
- Ofrecerle la espuma de la leche al gato con la punta del dedo (así se la toma religiosamente todas las mañanas desde hace 13 años)
- Ducharme, vestirme y tender la cama
- Leer los correos del día y visitar Pinterest (aunque si me descuido me puedo quedar pegada en este último por tiempo indeterminado)
50 minutos y 10 gaufres después ya puedo desayunar en paz. Es por eso que solo los hago los fines de semana, lo bueno es que se pueden congelar envueltos en plástico adherente y recalentar en el horno eléctrico en cualquier otro momento.
Esta receta de gaufres belgas la aprendí en mi curso de pastelería y es diferente a los waffles gringos. Los gaufres belgas son más esponjosos gracias a las claras batidas, también son más crujientes y menos densos que la versión norteamericana, he probado hacer las dos versiones y aunque esta es mas trabajosa ciertamente valen la pena.
Gaufres Belgas Ingredientes:
500g de harina de trigo
2 cditas. de polvo de hornear
4 huevos (separadas las llemas de las claras)
15g de azúcar
200g de aceite vegetal
2g de sal (una pizca)
1/2 litro de leche
1/4 de litro de agua
1 cdita. de esencia de vainilla
Instrucciones:
Cernir la harina con el polvo de hornear y la sal. Mezclar con las yemas, el aceite, la leche, el agua y la vainilla.
Batir las claras a punto de nieve (espumosas y no muy duras) con el azúcar. Incorporar a la mezcla de harina con movimientos suaves y envolventes para que no pierda volumen.
Dejar reposar la mezcla tapada con film transparente durante 30 minutos en la nevera.
Mientras tanto pre-calentar la plancha para waffles
Retirar la mezcla del refrigerador y batir suavemente la mezcla. Preparar los gaufres según las especificaciones del fabricante.
Servir con frutas, crema chantilly, miel, nutella o simplemente con azúcar pulverizada
Da para 12 gaufres