Las aves marinas tienen un panorama difícil durante el invierno. A las dificultades climatológicas propias de la temporada, en especial los fuertes temporales, se añaden las amenazas debidas a la actividad humana. Una de las peores entre estas últimas es la contaminación por hidrocarburos.
Este ejemplar juvenil de gaviota tridáctila Rissa tridactyla lo registré hace una semana en el puerto de Luanco, con evidentes signos de estar petroleada y durante un fuerte temporal en la mar. En estos temporales, la forma más común de contaminación por hidrocarburos es la producida por la limpieza de los tanques de los barcos mercantes, contaminación a todas luces deliberada.
Al impregnarse de hidrocarburos, el plumaje de estas aves pierde su capacidad de aislamiento. Además, al intentar limpiarse con el pico, ingieren buena parte de este combustible, pudiendo con ello sufrir una intoxicación.
Por eso cuando un ave marina sufre un incidente de este tipo cabe augurarle un mal futuro. Esta pequeña gaviota quizá haya tenido suerte, al cabo de unas pocas horas volví a detectarla en la bahía, nadando y aparentemente en buen estado. Es posible que la intensa y persistente lluvia registrada ese día pudiera haber facilitado su limpieza.