Una de las notas más interesantes de este invierno para mí en cuanto a gaviotas es la buena arribada de gaviotas argénteas que se está observando por todo el litoral, que ya empecé a notar desde primeros de diciembre. En la costa de Gozón estoy observando varias adultas, en cualquier bando de gaviotas casi siempre se distingue alguna.
Es difícil saber el número de ejemplares exacto. Un ejemplo muy destacado por lo excepcional que resulta registrar un ave anillada es esta que vi el 14 de enero en Bañugues.
Se trata de 7CJ5, una hembra anillada en Guernsey por Paul Veron y que ya había visto a mediados de noviembre en Luanco, por tanto lleva al menos un par de meses por la zona, con sólo 2 observaciones.
Como se ve, ya no presenta ningún tipo de rayado en la cabeza, un rasgo que algunas guías presentan como típico de las argénteas. En general habremos de buscar siempre este patrón: manto gris claro y patas de un rosa vivo, contrastando con las patiamarillas.
Hasta ahora todos los ejemplares que he podido localizar son de la subs. argenteus, en vuelo se distinguen por la relativamente pequeña marca blanca de la última primaria, en argentatus es mayor.
El mayor número de ejemplares adultos juntos (4), lo vi el día 3 de enero en Bañugues, desde ese día siempre una o dos. Buscar los adultos de argéntea siempre resulta muy interesante...
A finales de diciembre vi este interesante ejemplar que se escapaba del patrón general, algo más pequeña y con las patas de color rosado algo carnoso. Me tuvo un rato un tanto extrañado, quizá se trata de un ave no del todo adulta.
Algunas quieren pasar desapercibidas, echando una siesta y escondiendo una pata...
Y otras, en fin, las patas ni se llegan a ver, quedándonos como único recurso el gris perla del manto.