Una vez terminada la época de cría, nuestras gaviotas patiamarillas han comenzado a llevar lo que podemos denominar su "vida invernal". Esta existencia para las gaviotas consiste en buscarse el sustento diario y el alimento allí donde lo puedan encontrar, bien sea en los vertederos, en los parques urbanos, en los puertos buscando los descartes de los barcos pesqueros, etc. Al fin y al cabo son aves oportunistas que aprovechan un montón de recursos. Para descansar las gaviotas eligen zonas tranquilas de la costa: puertos, islas, playas...
La gaviota patiamarilla Larus michaellis presenta un área de reproducción centrado en torno al Mediterráneo y la Península Ibérica, aunque en los últimos años se está expandiendo a otras zonas de Europa. Dentro de este área se diferencian por lo general tres subespecies, siendo una de ellas la que podemos denominar "gaviota patiamarilla cantábrica" L. michaellis lusitanius, que iría desde el País Vasco francés hasta las costas de Portugal.
Nuestras gaviotas patiamarillas cantábricas no realizan verdaderas migraciones, aunque sí desplazamientos de corto alcance dentro de su área de distribución. De esta manera, cuando observamos un bando de estas gaviotas en la playa, puede que no todas las aves que vemos sean locales. Esto lo pude comprobar hace pocos días en la playa de Bañugues con el registro de dos ejemplares adultos anillados.
Una de ellas, la de anilla negra, sí es local, ya que fue anillada en Asturias, concretamente en la colonia de La Campa Torres en Gijón.
Pero la otra, la de anilla roja, procede las colonias de Guipuzcoa, no es raro detectar gaviotas de origen vasco en Asturias.
Estos desplazamientos locales son muy variables dependiendo de los individuos, los hay que a lo largo de su vida apenas se mueven unas decenas de km de su colonia, mientras que otros pueden desplazarse unos pocos cientos, aunque como ya digo no pueden ser consideradas migraciones.
Por cierto, en los últimos años se considera a esta gaviota como una plaga, en especial porque ha comenzado a anidar en las ciudades. Sin embargo ocurre al contrario, ya que ha disminuido sus efectivos en gran manera, en especial muchas colonias costeras. Por ejemplo, en Bizkaia, un estudio reciente ha registrado un descenso del 50% en apenas 6 años. Este declive se puede comprobar en Asturias también en invierno, donde nuestra gaviota es mucho menos frecuente que antes.