Revista Arte
Generación Subway es un conjunto de 32 relatos (de otros tantos autores) y 432 páginas, que recoge historias basadas en el ideario que mueve a este nueva generación de escritores que nace al amparo de la cultura subterránea, de la crisis y las dificultades para salir adelante. Es un grito de protesta y un intento de retratar una realidad que a nadie gusta (salvo a aquellos que se lo llevan, por ejemplo, con el 2 o el 3%) y con la que la editorial Playa de Ákaba quiere dar una oportunidad a nuevos autores y sus distintas formas de ver la realidad.
Un servidor participa en esta antología de relatos con el cuento titulado, Lecturas equivocadas o los subterráneos, en el que abordo el problema de las hipotecas que no se pueden pagar; un mundo real que yo enfrento a la literatura a través de la lectura de autores como Jack Kerouac, Allen Ginsberg o Henry Miller. Este libro no se va a poder comprar en librerías, y solo se podrá adquirir a través de la página web de la editorial www.playadeákaba.comal precio único de 15€, gastos de envío incluidos. Aquí os dejo un adelanto de mi participación. ROMPIENDO EL SILENCIOLa generación perdida buscó refugio en París, entre otros lugares, en la librería Shakespeare and Company. La beat generation se perdió y vagabundeó errante por las carreteras interestatales de EE.UU. hasta desembocar en el Aullido de Allen Ginsberg en Chicago o junto a Paul Bowles en Tánger. Todos buscaron, quizá, sin llegar a encontrarlo, ese espacio donde sentirse como en casa, pero todos, también quizá, tuvieron que conformarse con plasmar sus vivencias o sus inquietudes en una hoja de papel. Ese es el punto de unión de todas las generaciones de escritores y artistas que, en el caso de la generación subway, toma el suburbano como referencia o espacio común donde aunar lectura y pensamiento, creación y desidia, anhelo y viaje. Este espacio que, en el fondo es ficticio, con la llegada del siglo XXI se ha extrapolado hacia la informática y las redes sociales como mejores soportes de una cultura, la digital, que toma el relevo de las anteriores, ancladas en lo analógico y en el papel. Sin embargo, al final, el soporte es lo de menos, porque antes y ahora, la necesidad que vincula a todos los creadores es la de romper el silencio. Casualidad o no, yo escribí el microrrelato que a continuación os dejo en el año 2010. Y si lo traigo aquí, es porque creo que ejemplifica muy bien lo que hoy representa la Generación Subway que, a pesar de los múltiples medios de difusión con los que contamos, se desarrolla en el más clamoroso de los anonimatos universales, pero que sin embargo también, como todas las anteriores, tiene esa íntima necesidad de reivindicar el poder de la palabra…“Nos desplazamos sobre raíles oxidados que protestan a nuestro paso. Mientras ellos chirrían, nosotros somos derrotados por el silencio. Viajamos aplastados por la rutina, temerosos hasta de mirarnos. Las puertas se abren, y el roce de los rieles que las guían, nos recuerdan dónde estamos y cuánto nos queda para llegar.Abandono el vagón y su soledad colectiva. Avanzo entre pasos anónimos y corazones perdidos, pero algo cambia cuando oigo su voz. Lentamente me despierto del letargo que me invade y avanzo más despacio, porque quiero seguir escuchándole. La canción que ha elegido me gusta, él no es Barry White, pero a mí me lo parece. Sonrío ante la falta de expresividad de aquellos que me acompañan por el interminable pasillo. Por fin le veo, con su bandera inglesa y el rótulo sobre sus colores, trovadores in the tube, pegada a la pared. Me paro a escucharle mientras busco en mis bolsillos unas monedas que dejo sobre el pañuelo que tiene estirado en el suelo. Le hago una señal de OK, y él me sonríe y me da las gracias con la mirada. Sigo mi camino acompañado por el eco de su desgarrada voz, que se difumina victoriosa sobre el silencio que se extiende por los pasillos del suburbano, y que me dice que ya no estoy solo.”(Microrrelato, Rompiendo el silencio, de Ángel Silvelo)Esa gran campana de cristal que es el metro de las grandes ciudades, juega aquí el papel de difusor de un sentimiento, de señal de una herida, de rastro de una vida…, en la que, a veces, se produce una transformación mágica, y los trovadores del silencio devienen en transmisores de la palabra.Ángel Silvelo Gabriel
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