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Germanófobos, quien da pan a perro ajeno

Por Peterpank @castguer

Germanófobos, quien da pan a perro ajeno

El Poder Oligárquico Globalista se coloca impune y cada vez más explícitamente por encima de la Verdad. Visionar cinco minutos de Telediario, o charlar diez con cualquier viandante, verifican plenamente esto sin tener que recurrir a ningún estudio en profundidad. El Poder se jacta para humillar a las masas mediáticamente lumpenizadas, pero sobre todo para dejarle meridianamente claro a los únicos que pueden oponérsele, los disidentes amparados en la Verdad misma (que además es con lo único con lo que lo pueden hacer), quién es el que manda. También para alardear de cuán dominada tienen a esa misma masa idiota, la cual a su vez es lanzada fácilmente, en contra de quien ellos se propongan. En términos militares, lo que ocurre se llama Paseo.

Otra vez, se está poniendo de moda cargar las tintas contra Alemania, pero es común que cuando el germanófobo calumnia a “la germanidad” en realidad nos esté revelando algunos aspectos de su Yo más íntimo. Se trata de un proceso psicológico típico de proyección y retorno en forma de temor a una agresión, de las propias producciones mentales y deseos belicosos rechazados. Pero la “amenaza germánica” es una fantasía fabricada para despistar a analfabetos filosóficos, ya que nadie ha luchado, ni más ni mejor, contra las auténticas “amenazas” como Alemania y la Germanidad, entendida como Su Espíritu extendido allí donde el Hombre Blanco a puesto sus pies, y donde su Genio ha creado lo mejor de la Historia de la Humanidad.

La posición personal hacia Alemania, hacia la de todos los tiempos, pero con especial énfasis en el Tercer Reich –indudablemente el epítome sublime de la Germanidad–, el temor enfermizo y la lucha contra fantasmas emanados de la propia psique, es una referencia fundamental, y se trata de un auténtico strip-tease psicológico. Y lo que en muchos casos trasluce, en jerga técnica se llama: Complejo de Inferioridad. El malo de la película siempre es Alemania. Resulta que ahora es culpable de oprimir a las anárquicas y corruptas sociedades del sur de Europa. (¡Risas y aplausos!) Pero antes, en el momento más crucial de la Historia, también era culpable precisamente de oponer todas sus fuerzas y jugarse el todo o nada contra la banda de Parásitos Internacionales que ahora mismo tienen al mundo, nuevamente, al borde de la hecatombe. Pero la culpa de Alemania debe ser intemporal.

Pero el ataque al Euro (que es un instrumento más de la Sinarquía), es un ataque devastador ¡una vez más! contra la Alemania que hoy es rehén y a la vez socio del Súcubo. Y la buena Estrategia dice que los ataques deben efectuarse por el flanco más débil, y el flanco débil de Europa son los países donde la ÉTICA DE TRABAJO brilla por su ausencia. Y donde no hay ÉTICA DE TRABAJO no puede ni debe haber nada más que miseria y dependencia. Actividades propias de Parásitos como la renta usurera, la subvención acomodada, los cargos inútiles y la corrupción, son el resultado directo de la ausencia o de la depravación de la ÉTICA DE TRABAJO. Y donde ésta no existe, lo natural es que los más Sabandijas, entre las Sabandijas, se encumbren en los puestos de dirección y mando.

No es casualidad, y todo un Signo de los tiempos, que los auténticos enemigos del Trabajo hayan erigido a un vago profesional como Carlos Marx, vástago de una próspera comunidad de Sabandijas Internacionales, como el Santo Patrón del Trabajo Internacional. Que un vividor como Marx pontifique sobre el Trabajo es, ni más ni menos, como que un cura lo haga sobre el sexo, que es lo que descaradamente han hecho siempre. Una infame tomadura de pelo, entusiastamente secundada por millones de alucinados, en ambos casos.

Alemania es rehén de su siempre positiva Balanza Comercial (verdadero termómetro de la salud económica en el esquema liberal), a través de la cual la Banca de Inversión de EEUU colocaba sus toneladas de dólares falsos en la banca alemana (también en China y demás países netamente exportadores). Dólares falsos que, a su vez, habían surgido de la financiación de la Fed a los perpetuos y monstruosos déficits paralelos del gobierno USA, así como de la delirante desregulación de los derivados y demás engendros financieros. Banca alemana que luego los “prestaba” a través del interbancario o directamente los regalaba a fondo perdido (fondos estructurales y de cohesión) a los mamarrachos del sur para que terminaran haciendo lo que al final hicieron. ¿O no sabemos lo que se ha estado haciendo en todos los niveles de la sociedad, cada cual desde sus posibilidades = crédito disponible? Porque aquí todo el mundo ha vivido de acuerdo a sus posibilidades, pero el problema es que confundieron el concepto de “posibilidad” con la trampa del “crédito” circunstancialmente abundante y barato. Violando estúpidamente la vieja máxima del sentido común que decía que todo crédito es una cadena en el cogote.

Pero como la Alemania actual es un ente cipayo, un mero Íncubo del Súcubo que la fagocitó, tras un baño de sangre, en 1945, todo este tinglado de la UE y del Euro no es más que una estafa, como ya se puede ver claramente. Y que, sumado a la calculada inmigración masiva, a la deslocalización de empresas, a la sorprendente (por su efectividad) idiotización y corrupción de las bases sociales, estaba destinada a tercermundizar a la periferia y a crecientes segmentos sociales del núcleo de Europa. ¡Es la globalización estúpido!

Liberales y marxistas, y sus sucedáneos sintéticos, cada uno desde sus respectivos frentes de actuación han sido los entusiastas promotores de la ruina que se avecina. ¡¡Estáis nominados!! Así que no hay ningún “despotismo y expansionismo alemán”. Lo que hay es pura Sinarquía Financiera Internacional(1) operando en la más completa libertad, progre-marxismo aniquilando las bases de la sociedad y el imperio de la lógica del liberalismo anglosajón (el neoliberalismo es el estadio avanzado, la consecuencia natural del liberalismo) movilizando mercancías, empresas y trabajadores a placer. Y no hay contorsión semántica ni pirueta ideológica que valga para negar esta aplastante evidencia.

Aunque la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, que son quienes están parapetados detrás de los ataques del “Mercado”, quieran envilecer cuantitativamente el Euro, para luego darle el golpe de muerte a Europa necesario para la culminación de su proyecto globalista, Alemania, por instinto y por sentido común, está resistiendo, aferrándose a su ya muy dinamitada (por la socialdemocracia) cosmovisión nacionalsocialista “bismarkina”, y así es como debe ser. El Occidente capitalista ya se está autofagocitando, y los países como España serán los primeros en degradarse, porque es la consecuencia natural de la esclavitud por Deuda y de la Dependencia comercial. No hay que darle mucha vuelta al asunto, objetivamente, los países que han vivido de prestado como España (más de una década con balanza comercial negativa y sostenida de (–) 10 % del PIB así lo certifican, se pongan como se pongan) tienen dos alternativas:

1) Permanecer en el Euro implementando una constante devaluación interna y consolidarse como un juguete del FMI, del BCE y de los Mercados, que son todos colmillos del mismo vampiro. Esto implica un paro estructural enorme, emigración, ajustes de gasto y del actual despilfarro público fabulosos, apostando al turismo y la exportación, siempre con el gorrito puesto a ver si los Inversores ponen sus moneditas aquí, cosa que ocurrirá cuando los servicios públicos sean testimoniales y los salarios confluyan con Marruecos. En este punto es donde Marx y David Ricardo se dan un abrazo fraternal. Los liberales apuestan por esta alternativa, confiados en un acople ventajoso dentro de la globalización, pero saben que solo sería posible en el largo plazo.

2) La otra alternativa es la salida del Euro y la ruptura con las estructuras occidentales por el impago de la deuda y por el divorcio con los esquemas impuestos, ruptura política interna mediante, y más que probable balcanización y/o guerra civil. Si esto se lograse administrar sin un baño de sangre y potenciando la unidad, se trataría de la vía heroica, la adoptada por Hitler y su “Alemania Nazi”, con notorio éxito, y que le costara al Súcubo seis años de guerra y tener que cargarse a sesenta millones de personas para abortarlo. También lo han hecho otros países, pero no han pasado de enclenques y frustradas experiencias siempre vencidas por la propia ineptitud, por las intrigas y por el juego de ajedrez de la alta economía y política internacional.

Ni siquiera el bloque soviético (saboteado desde adentro como estaba previsto) pudo sobrevivir a la “competencia” del “mundo libre”. Dudo que la España actual tenga las capacidades ni su sociedad la reserva de espíritu y voluntad necesaria para adoptar semejante camino. Ni hablemos de la importancia estratégica de la Península Ibérica en el esquema geoestratégico del Súcubo, quien no estaría dispuesto, bajo ninguna circunstancia, a perder su influencia así como así.

Sea cual sea el camino que se tome, o que dejen tomar, el TRABAJO será un factor central. TRABAJO, TRABAJO y TRABAJO, y me temo que con salarios de supervivencia en amplios sectores hasta que, solo mediante el TRABAJO, se revierta la situación de ruina y dependencia del extranjero si es fuera del Sistema, o se acople con éxito relativo si es adentro. Porque los hombres y las comunidades solo se superan a sí mismas mediante el TRABAJO. TRABAJO, en tanto que servicio, porque solo el TRABAJO, en todas sus dimensiones, es el que crea verdadera riqueza y el que ennoblece al Hombre, siendo que el Dinero debe ser una mera representación de éste, y no un ente independiente con sentido en sí mismo. Justamente, una de las grandes taras de la Cultura Hispánica es el desprecio y la depravación del concepto y el valor del TRABAJO, pero no del Dinero y sus posibilidades, cuyo resultado práctico es la ausencia de ÉTICA DE TRABAJO y la explicación de muchas de sus desgracias y de su atraso con respecto al centro y norte de Europa.

Se debe trabajar en todas las circunstancias, quien deja de trabajar está vencido, y por eso los Usureros Internacionales mercadean, tornándolo escaso, con este primero Deber y después Derecho que es el Trabajo. Aconsejar a los jóvenes, (y a una juventud ya muy debilitada, estropeada y corrompida), que abandonen el Trabajo si este no está bien remunerado, es un acto de sabotaje criminal, ya no contra los presuntos explotadores quienes en las circunstancias actuales traerán del África o del altiplano a sus sustitutos, sino contra esa juventud. Porque el Trabajo es un hábito, y los hábitos, cuando no se forjan con esfuerzo desde la más temprana juventud no se constituyen jamás. ¿Dónde está el límite en la nómina por debajo del cual el joven debe negarse a trabajar? Cuánto habrá que pagarle entonces a los “jóvenes” cuando haya que emprender la reconstrucción, si es que eso fuera posible.

El joven, quien está en plena formación de su Carácter, además de hacer trabajos comunitarios por el sustento elemental, por el Honor, y por el servicio a SU comunidad, cuando comience el trabajo remunerado, debe hacerlo a cambio de muy poquito Dinero, porque sino se marea y pierde la perspectiva de cual debe ser el auténtico valor y sentido del Trabajo. Luego le ponemos un televisor en el dormitorio, y el desastre ya está garantizado. Pero como la inversión en los Valores es pavorosa, los intelectualoides de las ideologías “simpáticas” a las tiernas mentes juveniles le dicen subliminalmente que donde está el verdadero Valor es en el Dinero, no en el Trabajo. Materialismo puro y duro. Y aquí nos reencontramos con lo dicho sobre la trayectoria vital de Marx, tan común entre el “intelectualismo de izquierdas”, pero que en el fondo no es otra cosa que la mentalidad del zángano, quien disfraza su incapacidad volitiva con la demagogia más barata. Todo esto producto de la influencia desmesurada de utopías delirantes y supersticiones devastadoras, que además le han ido (sin proponérselo en la mayoría de los casos, justo es decirlo) dejado el camino perfectamente allanado a los actuales amos del mundo.

Luego lo de ver a la “partitocracia” como si fuera un ente alógeno o una estructura diversa a la propia sociedad española mueve a la risa. ¿Casi medio millón de políticos más sus correspondientes allegados, enchufados, familiares, amigos, preferidos, designados y demás? Esto no es ninguna oligarquía alógena, esto es un fenómeno sociológico de primer orden, y de connotaciones absolutas.

Siendo esa la gran anomalía o tara histórica que padece España, dado que ningún otro país de Europa asimiló en tan gran cantidad a esta comunidad alógena y hostil dentro de su burguesía y clase dirigente. De ahí el odio y la postración que han sufrido los estratos campesinos, que son el auténtico pueblo español, de parte de la aristocracia bastarda y depravada, y de las burguesías ciudadanas, con sus intelectuales, ora católicos, ora marxistas, y curas marranos como sumos sacerdotes del atraso y la división entre los pueblos peninsulares. En el campo ha vivido la gente más noble y es donde reside la genuina Sabiduría popular, que no el Conocimiento, por eso siempre se a cortocircuitado, desde los resortes del poder, la peligrosísima simbiosis Sabiduría-Conocimiento.

Extinguida la Sabiduría del campo, ahora también se está degradando el Conocimiento, más propio de los ambientes intelectuales y escolarizados urbanos, y se están despoblando aldeas y pueblos que fueron reductos de sabiduría tradicional y de autosuficiencia para engordar esos termiteros apestosos que son las grandes ciudades, donde se combina artificialmente a personas “ciudadanos” sin el menor vínculo entre sí. Hitler explicó claramente esta jugarreta, e inició la reversión de este nefasto proceso, hasta que los Parásitos Internacionales abortaron su noble proyecto.

El resultado final de la famosa Inquisición no fue el exterminio de estos impostores, sino que fue la ruina intelectual y el envilecimiento (incluida la depravación de la ética de trabajo) del pueblo español. Este es el resultado práctico de la Inquisición y de la Contrarreforma, la cual ha beneficiado notoriamente a estas clases dirigentes y parásitas. Los verdugos siempre presentándose como víctimas. En España faltó un Lutero, Unamuno y Ortega llegaron tarde, y Schopenhauer y Kant no llegaron nunca. Se pongan el capirote que se pongan, esto fue así.

Ahora parece que ya es tarde, y lo que ocurre en nuestros días es producto de una mutación viciosa entre lo peor de las viejas costumbres hispánicas (descartando las mejores) y lo peor de la cosmovisión anglosajona capital-consumista y su amor por el Dinero, pero sin adoptar su ÉTICA DE TRABAJO, la cual es una virtud. El resultado es una depravación social sin precedentes y probablemente homologable a sociedades con psiques y procesos similares, como la griega, la italiana (salvando la impronta germánica del norte) o la Argentina.

Y no perdamos de vista que, más allá de la alquimia de los multiplicadores bancarios, que lo que ha terminado por generar una bomba de relojería in-manejable, pero por su mal uso, ha sido el coeficiente de capital real con el que se ha sostenido más de una década de déficit comercial anual ¡¡de más del 10 % del PIB!! como ya comenté, y la megalomanía crediticia y despilfarradora, gracias al Ahorro Alemán, producto del Trabajo y del Conocimiento Alemán.

Recapitulando, la crisis internacional comenzó en Wall Street, siendo el lobby sionista que controla el poder financiero y mediático el único y directo responsable del desastre global en ciernes. Pero el origen de la debacle está más allá de la sorprendente desregulación de los flujos financieros. La Agenda Bíblica al servicio del Gran Israel, por más ciudadanos israelíes, meros peones también, que se quemen a lo Bonzo, está detrás de toda esta jugada, y esto requiere el debilitamiento definitivo de Europa. Para conseguir esto se intoxica a la opinión pública con viejas consignas marxistas: el antifascismo y la germanofobia. Pero apelar al antifascismo para combatir las fechorías de los financieros es una impostura que sólo se puede explicar cómo maniobra de la propia oligarquía transnacional para desviar los justificados odios de las masas a la casta política, hacia los chivos expiatorios instituidos como tales en 1945. El mundo que aniquiló, condenó y juzgó al Tercer Reich, es un aparato de dominación cuya ideología se resume en el “antifascismo”, y es el mismo que muestra actualmente la “verdad” que les viene en gana. El mantra de que los alemanes son racistas y siempre quieren someter a Europa; de que existe una amenaza real de un IV Reich, es un narcótico idiotizante que con mucha resonancia en los cerebros achicharrados por la propaganda de post-guerra.

Los financieros sionistas deben reírse a carcajadas, burlándose de estos pequeños idiotas saltarines, producto de décadas de lavado de cerebro, que se creen semejantes tonterías. Paralelamente, en Israel ya afilan los cuchillos para el último asalto a Siria, país cuya destrucción fungirá como señal para el comienzo de la nueva guerra para salvar al “mundo libre” contra Irán. Es decir, para la próxima masacre, como en su día lo hicieran con la Alemania Nacionalsocialista.

Y al que le guste, bien, y al que no, que le ponga azúcar.

CONDE DE SAINT GERMAIN

(1) Banca judía en el original.

(2) Donde sí, obviamente, la vieja oligarquía “tradicional” cripto o filojudía, perfectamente asimilada (1959 año clave, con el protagonismo del Opus Dei, típica organización criptojudía) en el esquema globalista de la Oligarquía Atlántica, se ha mantenido en la “sala de los botones” promoviendo el estropicio. El fundamentalismo católico, un fenómeno típico español, es un producto de la retorcida psique del converso, y sobre todo del falso converso, que fueron quienes han ido copando lenta pero sólidamente los estamentos de poder y constituyendo el núcleo de la burguesía comercial, intelectual y clerical desde sus primeras “conversiones”. La famosa expulsión fue una farsa, en los siglos XIV y XV ya eran los dueños absolutos del dinero y el comercio en la península, además de los acreedores de los infames títulos de deuda con los que exprimían al campesinado y extorsionaba a monarcas y nobles. Y como no estaban dispuestos a perder sus privilegios y rentas, organizaron una gran operación de camuflaje, que es lo que fue en realidad la “expulsión”. La emigración real fue ciertamente minoritaria, cambiándose los nombres y de lugar, pero la conspiración en torno a estos asuntos es alucinante, principalmente de parte de los grandes “historiadores”, generalmente de prosapia conversa. En España no es posible saber quién es quién.

(A esta última nota debemos decir que en España no se sabe quién es quién en el sentido de herencia genética, ni ello importa, a no ser que se dedique a las finanzas o a la política. En ese campo, es “criptocreyente” aquél que utiliza la religión como red de seguridad para acometer negocios en el límite de la legalidad o claramente ilegales. En eso no hay diferencia entre creencias. En realidad, los businessmen de una u otra religión sólo creen en el Dios Dinero. Y son muy devotos.)


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