Revista Coaching

Gestiona mejor tu vida: perspectiva

Por Elgachupas
Foto por ferax (via Flickr)

(Este artículo forma parte de la serie Gestiona mejor tu vida. No te pierdas el resto.)

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Continuamos con esta serie de artículos en la que estamos analizando el libro de Berto Pena, “Gestiona mejor tu vida”. En el artículo anterior vimos cómo poner en práctica el primero de los giros, un conjunto de 5 cambios orientados a desarrollar la proactividad. En esta ocasión le toca el turno al segundo giro, destinado a enseñarnos a actuar con perspectiva.

Si la proactividad es el primer empujón para ponernos en marcha, la perspectiva nos sirve para decidir si lo que vamos a hacer realmente está en línea con nuestros objetivos, si nos aporta algún valor. Veamos cómo hacerlo.

Sobre el papel, todo el mundo somos capaces de saber qué es lo que más nos conviene. En frío, elegir entre pasar una hora leyendo blogs o escribir 5 páginas de la tesis doctoral, parece fácil y hasta obvio. Sin embargo, la realidad nos demuestra una y otra vez que esto no resulta tan sencillo una vez estamos inmersos en el trabajo diario. ¿Qué podemos hacer para remediarlo?

Berto Pena propone 5 cambios que nos ayudarán a ganar la tan ansiada perspectiva, y nos permitirán superar esos momentos de debilidad en los que lo verdaderamente importante siempre queda a un lado, a costa de actividades de poco valor.

1. Tener siempre presente tu escala de valores. Por escala de valores Berto quiere decir tus gustos y prioridades personales. Para descubrir cuáles son tan solo tienes que echar un vistazo a tu Decálogo Personal. Antes de iniciar cualquier actividad hazte siempre esta pregunta: ¿realmente esto que voy a hacer encaja dentro de mi escala de valores, gustos y prioridades?

2. Considerar tus objetivos personales. Como es lógico, es necesario haberlos definido previamente –generalmente en función de tus valores. Los objetivos actúan a varios niveles, a corto y medio plazo. Pensar y recordarte constantemente “yo persigo esto” hará que siempre tomes el camino correcto. Si los objetivos son realmente eso, objetivos, y no “deberías”, tendrán el suficiente peso como para impulsarte a decir no a las nimiedades que siempre te distraen.

3. Pensar en el impacto en tus metas. Las metas son tus objetivos a más largo plazo, y deberían ser la columna vertebral sobre la que construyes la vida que quieres para ti. Si tu sueño es vivir sin hipoteca, tendrás que construir un plan a varios años. Cuando pones delante de ti tus metas, créeme que todo lo demás parecerá secundario y sin importancia.

4. Dejar huella. Quien actúa con perspectiva generalmente también quiere que su tiempo y trabajo sean valiosos, no sólo para él sino para los demás. Y no por un afán de ser mejor que los demás, sino porque quiere sentir que tiene un propósito. Pensar si tus acciones van a dejar huella o no puede ayudarte a tomar las decisiones correctas llegado el momento.

5. Buscar el crecimiento personal. Cada actividad que realices, sea grande o pequeña, debe contribuir a que cada día seas mejor persona y mejor profesional. Si lo piensas despacio, la mayor parte de las cosas que haces diaramente aportan poco o nada a tu propio desarrollo. Algunas incluso suponen un menoscabo y un obstáculo. Identificar esas actividades y eliminarlas supondrá una gran liberación, y facilitará la toma de decisiones.

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  1. Gestiona mejor tu vida, de Berto Pena
  2. Gestiona mejor tu vida: proactividad

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