Caótico comienzo del Giro d’Italia en tierras italianas. Los tiempos de la etapa debieron calcularse en el penúltimo cruce de meta del circuito de 8 km trazado en Bari. Esto se hizo después de recurrentes discusiones entre los máximos líderes del pelotón con los organizadores de la ronda italiana; hechos que rememoran los plantones del pelotón durante los agitados años ’90 ¿Las razones? lluvias intensas sobre un circuito sinuoso y por momentos peligroso. Algo similar sucedió en la última Vuelta a España, pero en ese caso los organizadores desatendieron las críticas. Aquí las negociaciones se extendieron durante km y uno de sus protagonistas fue el líder provisional Michael Matthews (Orica-GreenEdge) quien finalmente conservó la maglia rosa. La organización decidió neutralizar la carrera sólo en el último giro, de modo que los velocistas pudieron exprimirse al máximo. Sin Marcel Kittel (Giant-Shimano), baja por fiebre, el desenlace quedó en los pedales de Nacer Bouhanni (FDJ).