Guiso de garbanzos con pulpo

Ayer, sin ir más lejos, no sabía si reír o comer, aunque he de confesar que hacer las dos cosas al mismo tiempo es posible.   No podía parar de reir al mismo tiempo que degusté éste delicioso plato de garbanzos, cuya foto encabeza la entrada de hoy.
El motivo: las ocurrencias de mi marido al ver mi plato en la mesa…..y es que tiene unos “golpes” buenísimos; a pesar de que su apariencia, de persona seria (que lo es, todo hay que decirlo), tiene ésa gracia malagueña, que en su momento justo, deja salir, con tanto salero que me hace reír con ésas carcajadas sonoras que no puedo evitar….tiene gran sentido del humor.  
Dicen que una debe casarse con su mejor amigo, yo sé que me uní a mi mejor amigo, mi mejor compañero, y también estoy segura es de que estoy con el único hombre que a diario, muchas veces al día, me hace sonreír y reír a carcajadas limpias, al mismo tiempo que me como un plato de garbanzos.
Y es que no tuvo otra cosa que decirme: ¡¡ Te va a pasar como al del chiste del niño de los garbanzos !!, una tragedia…vas a terminar “hartita”…Y esto es “verídico”.
¿Quién no recuerda a Paco Gandia,  gran humorista andaluz que contaba sus “historias verídicas”, como el las llamaba y su primer caso “verídico” que le lanzó al estrellato a mediados de los años 70….”el de los garbanzos”?
“La tragedia de un niño harto de garbanzos” o el “chiste de los garbanzos”; el hambre de niño de la posguerra fue el argumento recurrente del genial humorista para ésa gran historia que contaba, donde un padre “más parado que un avión de mármol” gana un dinerillo y lo emplea en “hartar a su hijo” que “no había comido caliente desde que le dieron la teta al sol” y que “pasaba más hambre que un monaguillo en Rusia”.
Gandía, adornaba con sus ocurrentes frases, ése monologo del niño de los garbanzos al más puro estilo del Carpanta del tebeo…diciendo: “comió por última vez cuando se cayó de boca en el brasero” , o "que la cuchara de madera del atracón le hacía “sobauras” en las orejas cada vez que se la metía en la boca"….. 
Frases con salero, con gracia y con arte andaluz, que han quedado en nuestro recuerdo y que aún hoy en día me hacen reir, como: "Se le desencajó la barbilla como una persiana vieja y se hizo un cardenal en el ombligo", "tenía la barba descolgada como la piragua de un indio", "hacía más mohínes que un corral de conejos", "tenía más venas que una caja de huevas", o dura menos "que una saliva en una plancha"……
Fueron algunas de sus perlas "verídicas", que entre cucharada y cucharada de garbanzos, me resbalara las lágrimas de tanta risas y carcajadas…no olvidaré ésta receta, éste almuerzo en Mi cocina…es “verídico”.

¿Cómo se me ocurrió preparar ésta receta?  Sencillamente que un pulpo malagueño, cuando entra en Mi cocina, 
da para muchos y deliciosos platos.  (PINCHANDO EN ESTE ENLACE VERAN VARIAS RECETAS CON PULPO)
Independientemente, que no se debe de tirar nada de comida; me explico: los garbanzos son del puchero.  Generalmente no me suelen sobrar, pero en ésta ocasión que fui “sacando caldo” para otras recetas, me quedaron en la olla más garbanzos de la cuenta.
Así que, puestos en un colador, bien enjuagados bajo el grifo, me quedaron cocidos, tiernos y deliciosos para combinar con las patas de pulpo cocidas y troceadas (la forma de cocer el pulpo, la encontrarán pinchando en el enlace anterior).
Los pasos a seguir:
Ingredientes:
Garbanzos cocidos previamente (los hay en supermercados si no lo pueden hacer en casa), patas de pulpo troceadas (hoy en día en pescaderías y establecimientos como supermercados ya lo pueden encontrar cocidos previamente), media cebolla blanca dulce cortada en trozos pequeños, dos dientes de ajo (picaditos igualmente), una cucharada pequeña de pimento dulce (pimiento molido), hojas de perejil picada, sal y aceite de oliva virgen extra.
En una cazuela echar el aceite de oliva de forma que cubra el fondo, pochar a fuego lento la cebolla y los ajos salando previamente, sin que se llegue a quemar.
Añadir los trozos de pulpo y morearlos junto con el refrito durante unos minutos.
Agregar los garbanzos, remover, retirar del fuego y echar el pimentón, mezclándolo bien con el resto de los ingredientes. Rectificar de sal.
Servir muy caliente espolvoreando con el perejil.


Fácil, sencillo y sorprendente…..Y con "mi pulpito", el peluche del que tengo varios ejemplares les deseo:

Buen provecho y recuerden, rían todo lo que puedan, sean felices, disfruten de la vida…..y de Málaga.