

Brillaba su vestido azul, la túnica ribeteada por finos plumones blancos, su turbante dorado iba adornado con plumas de colores; en su cara tiznada de un color negro, más negro que el carbón donde resaltaban sus grandes ojos y una gran sonrisa que dejaba entrever sus blanquísimos dientes entre dos líneas de color rojo por labios.
Su risa entre nuestros susurros sonaba alegre al acercarse con sus manos enguatadas llenas de caramelos, hasta que “mi” Pepe, rompió en un llanto desesperado al despertarse y ver la regia figura del Rey Baltazar. Mi tío Rafael, Rey Baltazar por un día, comenzó a hablarle con dulzura y aquel niño quedó tan convencido de que no era otro que el propio Rey Mago que en nuestra propia casa le había dejado su deseado regalo, un traje de romano.
Los Reyes Magos eran muy generosos con nosotros, la magía de mi madre, su ilusión, su tesón día tras días de “apartar” los juguetes, de hacerme partícipe, de ayudarla, de hacernos vivir la noche de Reyes de forma tan especial quedará siempre en mi memoria y en mi corazón. Quedó grabado aquel recuerdo cuando, vistiendo a aquel niño ilusionado con su regalo de Reyes, mi madre llevó a mi hermano a la propia casa del fotógrafo de Casa Pedro, en El Palo para que inmortalizara su preciosa sonrisa y su ilusión de aquel lejano día.



Concretamente con las habichuelas blancas he preparado éste delicioso plato, realizado con almejas y langostinos.


INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
150 grms. de habichuelas blancas secas, media cebolla blanca dulce, una ramita de perejil fresco, 100 grms. de almejas, 6 langostinos, medio vaso de vino blanco (fino amontillado), aceite de oliva virgen extra y sal.

El día anterior a preparar la receta, poner las habichuelas en remojo durante toda la noche en agua con un puñado de sal, a temperatura ambiente.
Echar las almejas en un plato con agua y sal a fin de que suelten la posible arena que puedan traer en su interior. Pelar los langostinos, retirándoles igualmente el hilo intestinal y reservar su carne.
Pasado éste proceso, cuando se vaya a cocinar las alubias escurrirlas bien y enjuagarlas. Ponerlas en una cacerola cubriéndolas de agua fría, colocarla en el fuego y llevar a ebullición dejándolas cocer aproximadamente durante una hora. A media cocción, romper la cochura echándole agua fría (así conseguiremos que no se despellejen). Una vez cocidas retirar del fuego y reservar.
Mientras pelar y picar la cebolla en trozos pequeños.
Poner en el fuego una sartén con aceite de oliva virgen extra, de forma que cubra el fondo y a fuego medio pochar la cebolla removiendo hasta conseguir un suave color dorado. Añadir los langostinos y dorarlos igualmente.

Incorporar las habichuelas, remover con cuidado a fin de que se integren todos los ingredientes y dejar cocer uno o dos minutos.


Les deseo con ésta primera entrada del año 2021, que éste les haya llegado cargado de esperanza y de ilusión.