Revista Vino

Hacer el idiota

Por Louzan
Me gusta empezar columnas con referencias al diccionario sobre todo porque mi tono, de natural enredado y complejo, a veces lleva al equívoco. Titular estas letras hoy como "Hacer el idiota" solo busca definir lo que la RAE dice que es el "engreído sin fundamento para ello o, coloquialmente el tonto, corto de entendimiento que carece de toda instrucción". Dicho esto, no creo que ninguno de los aludidos hoy en este articulo (que lo serán) padezca de idiocia o sea idiota. Para nada. Pero su comportamiento, sus acciones y sus reacciones dejan amplias dudas que valdría la pena despejar.
Si, voy a hablar de David Muñoz, de la Revolución que no lo es y de algunas cosas más que nada tienen que ver con el mundo del vino pero que son, en mi humilde opinión, síntomas de lo que ha pasado y de como se cura esto.
Ya se ha escrito, creo yo, prolijamente sobre este asunto y me parece que mucho mejor de lo que yo puedo definir. Enlazo dos referencias al asunto que me parecen certeras, una la de Victor de la Serna, del que no comparto nada nunca porque nada compartimos pero que esta vez acierta y Quentin Taranvino en la pagina de Rooster (la revista) que, en otro tono mas cercano al mío da también de lleno en el quid de la cuestión.
Y es que yo creo que el quid del asunto, el "real torcedor" que diría Torcuato, pasa por la frase que titula este artículo. Hacer el idiota es mas llamativo, se valora mas y encaja mejor en el país en que vivimos que plantear las cosas y desarrollarlas. El problema de la Revolución de Daviz DiverXO es que no es capaz de llegar a un sitio al que muchos queremos llegar (sin saber como) y ataja. Sin mas.
El problema es el atajo y sus consecuencias. No es que un cocinero tri-estrellado y con enormes facultades ampliamente demostradas no pueda inventar lo que considere. El problema no es que no deba, que sea anatémico o  remueva a no se que dinosaurios. El problema es que no es solución de nada, no es remedio de nada ni sirve para nada salvo llamar la atención. Es hacer el idiota. Actuar sin entendimiento o careciendo de instrucción. Y eso, en alguien de la capacidad de David Muñoz, pues queda pobre.
Hacer el idiotaHay dos elementos claros y creo que será bueno empezar a hablar de esto con diagramas de Venn. Propongamos un teorema.
1. Tenemos un problema. Nadie bebe vino. Los jóvenes lo detestan. No es chic, no "mola" ni sabe bien. Ergo, el consumo desciende sistemáticamente en España, de modo imparable y sostenido.
Así que; No gusta (sabe mal, o no como debe para una generación de consumidores). No "mola" ( no ofrece incentivos estéticos o populares como si hacen otras bebidas).
Por lo tanto, la solución se circunscribe a la elaboración del producto y a su comercialización.
En la elaboración hay que lograr que: sepa bien (al menos para esa franja de consumidores), transmita sensaciones favorables para lograr un consumo sostenido (para esos consumidores u otros).
En la comercialización: hay que transmitir incentivos que hagan que la bebida sea popular (ojo aquí)...
Esta última parte es la clave. "Transmitir incentivos que popularicen y aporten valor entre la juventud a la bebida". Al producto. ¿Que glamour ofrece Cristiano Ronaldo?. Cristiano, un Ipad o la penúltima consola de videojuegos son lo mismo. Productos. ¿Que hacen para encajar en una franja de población cuyo principál referente musical es el reguetón?, ¿Como se vende algo entre los consumidores de Mujeres, Hombres y viceversa?. ¿Cual es la tecla, la clave?.
Algunos entienden que es vender humo. El "humo", amigos míos, ha demostrado ser un magnífico medio para dar a conocer iniciativas que luego van tomando forma o que se desvanecen si no logran una cierta "masa critica". Pero aquí y en muchos otros lugares hemos hablado de Revolución y eso también merece un aparte.
Hacer el idiotaRevolución es cambiar. Es cambiar abruptamente. Revolución es que pasen cosas que muten de forma irreversible una estructura. En el campo, en la viña, hay una revolución. Gente que hacía una cosa hace otra totalmente distinta. Quien vendía uva ahora la elabora. Quien usaba herbicidas, sistémicos o productos añadidos al vino ha dejado de hacerlo. No muchos, ni todos, no siempre, pero pasa. Pasa y cada vez pasa mas. En medio de esto hay algunos que usan el discurso de la revolución en el campo, productores, sin cumplirlo. Algunos no lo cumplen nunca, otros solo de vez en cuando, otros cuando pueden, otros siempre que pueden. Hay contradicciones. Hay avances y retrocesos. Eso es una revolución. Nunca es lineal, nunca es perfecta. Una revolución "cuesta vidas". Una revolución es gravosa, disconforme. Y una revolución no se hace de arriba abajo. Nunca. Una revolución es de abajo hacia arriba. Y sino no es una revolución, es un alzamiento. Y eso es otra cosa y va de otra manera y acaba de forma diferente. Por cierto, esto de DiverXO es una ocurrencia. No es una revolución.
La revolución en la sala no está sucediendo. Ni así ni menos. La revolución sería que se actuase con el vino como se hace con la compra en el mercado. Elegir, probar, investigar. Esto no pasa. Un porcentaje masivo de la hostelería (la estrellada y la que no) no hace gestión alguna de su carta de vinos. Ninguna. No prueba, no elige, no investiga. O bien acepta el criterio del distribuidor o bien se pliega a intereses espurios que nada tienen que ver, ni siquiera, con el gusto o la calidad (virtual o real) de los vinos propuestos en la carta que se ofrece al cliente. Esto es vox populi, no revelo nada.
Se hace mucho el idiota. Se debate (y es bueno) profundamente sobre lo que es o no es. Y sobre quien es (viticultor, viniviticultor, elaborador, flying winemaker o otra cosa) o no es (algo de lo anterior). Y sobre quien es capador de cerdos y quien es sexador de pollos. Y está muy bien, pero enredamos un huevo sin acudir a la base. La base, yo creo, es que la hostelería compra vinos en función de si le ponen o no una nevera o una terraza. Y en función de si es Coto, Rioja o blanco. Y punto.
Ni ostras, ni jalapeños (eso que es?) ni nada de nada. Hacemos mogollón el idiota. El vino se vende para señores de 55 o mas, que son los que lo beben. Lo demás es exportación. Para los que nos gustan ciertos vinos, ciertos vitivinicultores, elaboradores o lo que sean, la venta está fuera. El 80% sale y se lo beben en Europa, EE.UU. y el sureste asiático. Esto es un hecho.
Preguntad a la inmensa mayoría de esos elaboradores que les parecen los puntos Parker y la reciente calificación de Luis Gutierrez, ¿sabéis porqué?. ¿Por el prestigio que se logra en las redes?, ¿por el prurito de ver que te valoran, que te premian por delante de la industria y los grandes productores?... No.
Es porque a Parker lo leen, lo creen y lo aceptan como a las sagradas escrituras en el 100% de los mercados extranjeros. Y el cambio de paradigma propuesto por Luis Gutierrez en sus lineas para TWA es cuantificable en miles de euros en vino vendidos en mercados a los que antes no se llegaba. Sin mas.
Hacer el idiotaNo se bebe en España, pero se bebe fuera. Mientras, aquí, podemos seguir haciendo el idiota. Jalapeños, Ostras, pipetas introducidas en la boca del comensal y debates bizantinos sobre denominaciones y cosas que no atacan la raíz del problema. Genial todo, aunque improductivo.
Austeridad, pedía un personaje en prensa estos días, molesto por los que le comen la tostada en su negocio de comer y beber bien para hablar mejor o peor de restaurantes y amiguetes. Austeridad. Decía otro en twitter que si es un 3 estrellas el que va a hacer que los jóvenes beban vino estamos jodidos porque no se ven muchos jóvenes comiendo en esos 3 estrellas. Esto ultimo también es un hecho.
Aristoteles dejó dicho que lo que hay que hacer se aprende haciéndolo. Lo que hay que hacer es que se beba mas vino. Empecemos por beberlo. Dejar institutos, organizaciones o restaurantes (al menos la gestión de sus vinos) en manos de personas que no beben vino es cuando menos paradójico. Pretender que esas mismas personas fomenten además el consumo es como poco pueril.
Revolución del vino es otra cosa (a parte de mi libro, claro). Y está por hacer, a muchos niveles. En el campo empezó, pero llevará lo suyo (décadas, por no decir otra cosa). En la distribución ni se intuye (salvo honrosísimas excepciones) y en la hostelería asoma, poquísimo, en una docena de lugares que para muchos ya son templos (La Cigaleña, por ejemplo).
Lo demás está bien para tener de que hablar en el Facebook y en Twitter, pero ni es útil ni lleva a ninguna parte. Prosigamos.
 
*Fotos de depósitos en Muga, de acueo.es y de la Wikipedia
Hacer el idiota

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