American Horror story es una de las nuevas propuestas de la temporada que arriesga en su narrativa adulta. Y quizás sea una de las series más interesantes del momento.
De entre todas las series que se vienen emitiendo en esta temporada televisiva, la que mejor podía adaptar su trama a la noche de Halloween es, sin duda, American Horror Story. Esta incursión de Ryan Murphy y Brad Falchuck (responsables de Glee y Nip/Tuck, dos series que nunca han llamado mi atención) en el género del terror psicológico está siendo una de las apuestas más curiosas de la temporada, y el especial Halloween dividido en dos entregas nos trae más de una sorpresa.
American Horror Story tiene a una vieja mansión como protagonista, con la particularidad (previsible) de que por ella pululan los fantasmas de aquellos que han sido asesinados en sus amplias habitaciones a lo largo de décadas. De forma que, cuando el matrimonio en crisis formado por Dylan McDermott y Connie Britton llega a la casa, digamos que no están todo lo solos que a uno le gustaría estar cuando se compra una mansión. La realidad es vista con distintos ojos por cada uno de los habitantes vivos, mientras el resto, los muertos, tratan de encontrar su sitio en el inframundo.
Hay que reconocer que en cada episodio las sorpresas son constantes, pero también que uno no acaba de enterarse bien de qué está pasando. Pero no importa. Ese cierto aire surrealista que acerca la historia al universo de David Lynch es precisamente lo más atractivo de esta producción, que tiene en su reparto nada menos que a la espléndida Jessica Lange en un papel desquiciado pero impactante. Y también son de agradecer sus habituales referencias a películas como La semilla del diablo, Carrie, El resplandor... incluso usando fragmentos musicales de Con la muerte en los talones o Drácula de Bram Stoker, que acaban convirtiendo a la serie de Ryan Murphy y Brad Falchuck en una continua fuente de guiños cinéfilos que resulta entretenida.
Alguien ha definido American Horror Story como una mezcla entre una película de terror y un videoclip de Nine Inch Nails. Acertada descripción. Quizás le sobra algo de autocomplacencia en su intento por crear una propuesta diferente, aunque no termine siendo especialmente novedosa. Quizás le falta ajustar con claridad sus tramas secundarias, tratando de eliminar cierta confusión que actualmente juega en su contra. Pero su mezcla de terror bizarro, oscuro y grotesco la convierten en una serie que acaba dejándote con ganas de más al final de cada episodio. Aunque no te hayas enterado una mierda de lo que te han contado.