La NBC para haber encontrado un nuevo filón, tras bastantes años de sequía sin ofrecer nada muy destacable, y con series que eran canceladas a la primera de cambio. Y desde luego, también con proyectos que tienen una pinta de lo más extraordianario, pero de eso hablaremos brevemente al final de esta entrada. Antes, toca reseñar la primera temporada de esta novata serie de una de las más importantes cadenas americanas, inspirada en el que es, sin duda, uno de los más ricos y fascinantes psicópatas de la literatura y el cine: el doctor Hannibal Lecter, el refinado psiquiatra cuyas peculiares costumbres culinarias son de sobras conocidas (pero por si hay por ahí algún despistadillo, recordaremos que siente pasión por la carne y órganos humanos... sí, estamos ante un caníbal, venga, todos a ver ya la magnífica "El silencio de los corderos") La serie tiene el ambiente inquietante y agobiante perfecto para la temática, y aún con números de audiencia muy discretos, se ha metido en el bolsillo a la crítica y a no pocos espectadores (y piratillas seriéfilos que andamos por Internet) Y es que no hace falta nada más que mostrarnos a Hannibal, impasible entre fogones, o sirviendo una opípara cena de dudosa procedencia para causarnos mareo e inquietud (por cierto, pequeña y breve mención a la promoción que hace, en un determinado momento, de un producto muy nuestro, el delicioso jamón ibérico... ¡¡y llamándolo así, tal cual, en español!!) El resto, lo ponen excelentes interpretaciones, y unos efectos visuales bien hechos y al servicio de la historia que se quiere contar, como debe de ser.
Para mí, la mayor fortaleza de la serie la he visto en su reparto, y en como ha sabido adaptarse al ambiente lúgubre e inquietante de la serie, aportando a la atmósfera en todo momento. Sinceramente, creí que nadie podría superar, ni siquiera igualar al magnífico sir Anthony Hopkins, quien para mí, le dio carne y vida al enigmático Hannibal. Pero el danés Mads Mikkelsen nos ha ofrecido un Hannibal mucho más joven y dinámico, sin perder por ello su imperturbable elegancia, ni su esencia. Me he maravillado de ver como al tipo no se le mueve un solo cabello impecablemente peinado de su cabeza, ni se inmuta ante nada ni nadie. Es la eterna y fría parsimonia del psicópata, y la verdad es que me ha soprendido muy gratamente. No sé que ocurre con los actores daneses ultimamente, pero de ese país nórdico nos están llegando a nivel internacional grandes talentos, como el de Mikkelsen, o Nikolaj Coster-Waldau, de quien ya hemos hablado como Jaime Lannister en "Juego de Tronos". Y ambos se han lucido a lo grande, sin duda. Completando el reparto, tenemos a Laurence Fishbourne, a quien la mayoría recordaréis como Morfeo en Matrix. Aquí, interpreta al estricto agente del FBI Jack Crawford. Pero sin duda, la palma para mí se la lleva Hugh Dancy como el agente especial Will Graham, un investigador y especialista en asesinos en serie que colabora con el FBI gracias a su manera bastante peculiar de ver las cosas, y analizar las escenas de un crimen, o meterse en la mente del asesino para crear su perfil. Desde los primeros segundos de la serie, somos conscientes de esa visión especial de Will, que se parece mucho a un superpoder, y que es visualmente representada mediante ciertos recursos, como el péndulo de hipnotizador, las imágenes que van hacía atrás, el verse literalmente, en la piel del asesino y actuado como él o ella. La brillante interpretación de Hugh, y esos efectos visuales te ayudan bastante a meterte en la visión del personaje, y a hacer que sea muy fácil empatizar con él. Y es que a Will no le resulta nada fácil convivir con esa "visión" especial, que le está consumiendo poco a poco. A pesar de que le aprecia y se preocupa por él, Jack termina haciendo que su chico de oro se fuerce demasiado. Ese esfuerzo que realiza para meterse en su "visión" termina pasando una carísima factura a Will, que deberá pagarla nada menos que con su salud física y mental. Y mientras, aunque en un principio parece que pretenda ayudar a Will, el lado más oscuro de Hannibal va emergiendo poco poco. Lo vemos a través de pequeños detalles, o de la relación que ambos hombres desarrollan con la joven Abigail Hobbs, la hija de un asesino en serie que se vuelve dramáticamente contra su familia, y a la que tanto Lecter como Will tratarán de proteger a su manera.
Lo único negativo que le he visto a la serie es quizá, el tema de que cada vez, las series y películas se vuelven más gore con el tema de los asesinatos en serie. Ya tuvimos una buena ración de ello en la sexta temporada de Dexter con su "Doomsday Killer", o en sagas como Saw. Comprendo que el espectador es cada vez más difícil de impresionar, que el morbo no se logra fácilmente y que hay que ser original, pero sinceramente, me parece que se les ha ido un pelín de madre. Esta serie es un buen ejemplo de lo que trato de decir, con modus operandi y rituales psicópatas mas extraños y complicados que nunca. Sé también que existe el concepto de suspensión de la realidad, que esto es una ficción, sí... pero no es ciencia-ficción, ni podemos abusar de la capacidad del espectador para bajar el interruptor y creerselo todo así como así. A mí, de hecho, me resulta cada vez más difícil creer que un asesino pueda matar de forma tan llamativa, y hacer ese tipo de montajes con las víctimas, con cadáveres humanos, sin que nadie vea ni oiga nada raro y llame a la policía, que le pille en pleno acto de completar su mágico ritual psicópata. Inquietante es, desde luego, y en esta serie he visto algunas de las cosas más alucinantes y gores de mi vida, pero es hora de relajarse un poco al respecto, ¿no creen, señores guionistas?
Aún con todo, apuesto por la serie porque me da la sensación de que sigue abogando más por los personajes que por el morbo. Y voy a seguirla como una más de mi parrilla personal de descargas, porque, aunque había muchas dudas al respecto, debido a sus modestas audiencias, la serie sí ha sido finalmente renovada por una segunda temporada. Como digo, parece que la NBC rompe su mala racha (para mí, iniciada con la caída de la mítica aunque malograda Héroes) y apuesta con fuerza por personajes ya sólidos a los que renovar con su visión. Hannibal es sólo el primero de ellos: hay otro proyecto de esta cadena al que le tengo echado el ojo, y que llegará el próximo otoño, y es nada más y nada menos que... ¡¡Una nueva adaptación de Drácula!! ¡¡Si, señor!! Entre tanto vampiro guaperas y edulcorado, ya hacía falta recuperar al Rey de los No-muertos en toda su gloria. Y parece que la NBC se ha decidido a hacerlo a lo grande, al más puro estilo del inolvidable film de Coppola, y con aires victorianos por doquier. Pienso verla, desde luego, y si me lo permitís, cierro la reseña con un trailer. Así celebramos el aparente resurgir de una de las más míticas cadenas norteamericanas.