Revista Cine
Una de mis películas favoritas, repleta de largas secuencias y con un inicio impresionante en el que la música la componen los sonidos de la estación (el viento, el ruido de las botas, la respiración de los hombres, el zumbido de las moscas...) Al cartel, para ser perfecto, le sobra la parte superior, llena de caras. Hubiera sido más elegante conservar sólo esa ilustración de Charles Bronson despachando a tres de sus enemigos. ¿Hay un caballo para mí?, les pregunta Armónica antes de sacar el revólver. Para ver una y otra vez.