Revista Cine

Her: casi humanos

Publicado el 02 marzo 2014 por Juancarrasco @JuanCdlH
02.03.14 | 14:33. Archivado en Cine, Estrenos
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Hace unos cuantos años, en absoluto tantos como parece, se antojaba del todo imposible de imaginar el hecho de establecer una relación por Internet, ya fuese vía ordenador o, más impensable aún, telefonía móvil. Y no sólo me refiero a mantener contacto con alguien que está lejos, sino a enamorarse o incluso emparejarse con una persona que no has visto en persona jamás. No castigaré al respetado lector con mi opinión sobre el asunto, más adecuada en otros foros, aunque haya que puntualizar que el imparable galope de la tecnología en nuestras vidas tiene la evidente ventaja de abrirnos una ventana al mundo que se puede transportar en el bolsillo y también un serio peligro; si las cosas no se tratan con sensatez y mesura, corremos el riesgo de contarnos cosas por Whatsapp estando en distintas habitaciones de la misma casa, de no prestar atención a alguien de carne y hueso por estar viendo un enlace que te han enviado o de pasarte una reunión o evento social enviando tuits. Ahí lo dejo.

Her: casi humanos
Her supone una honesta inmersión con exquisita delicadeza en todas las reflexiones anteriormente expuestas y a la vez un ejercicio exploratorio de sentimientos como el amor o la soledad, todo ello con un envoltorio sencillo, emotivo y divertido.

El “rarito” Spike Jonze (Adaptation (el ladrón de orquídeas), Cómo ser John Malkovich), da un salto de calidad y notoriedad en su carrera con esta cinta superlativa, fantásticamente ambientada en un futuro muy próximo en el que la tecnología es (más si cabe) nuestra vida y en el que un tipo sensible venido emocionalmente a menos por un fracaso amoroso trabaja escribiendo cartas en nombre de quien le paga por ello y se enamora de la única chica que no le complica la vida y con la que se encuentra feliz y a salvo: la voz femenina de su nuevo sistema operativo inteligente (tan inteligente que es capaz de tener personalidad propia y corresponderle esos sentimientos). El proceso de enamoramiento y cortejo, como todos los que nos propone el cine, es el punto álgido de la cinta, y está narrado con tal maestría que el espectador logra empatizar con el conmovedor protagonista y comprender lo que siente hasta el punto de olvidarse de que en esta pareja sólo hay una persona. Y esa persona es el inmenso Joaquin Phoenix, portentosa interpretación de alguien muy perdido, roto sentimentalmente y necesitado de compañía que logra transmitir pasmosa verosimilitud enamorado de una voz que proviene de un ordenador; también es cierto que la voz en cuestión es la sensualidad misma hecha sonido, y pertenece a una Scarlett Johansson que da ampliamente la talla como actriz en un papel muy complicado, ya que en ningún momento aparece físicamente en la pantalla. Ni que decir tiene que si alguna vez tienen la oportunidad de ver esta obra en versión original, lo recomiendo con entusiasmo, puesto que (pese a la gran labor de doblaje) se trata de otra dimensión distinta y mejorada de la misma película.

El potente reparto está completado por rostros tan conocidos como los de Amy Adams, Olivia Wilde o Rooney Mara interpretando el escaso contacto personal que le queda al personaje principal con el mundo de carne y hueso.

Obviamente, la cosa no es tan simple como enamorarse de una máquina, porque enamorarse nunca es simple y porque aquello que es casi humano tiene un problema con ese “casi” en asuntos del corazón del que carece, por bien emulado que lo tenga.

Dirección y guión:
Spike Jonze. País: USA. Duración: 126 min. Género: Romance, drama, ciencia-ficción. Intérpretes: Joaquin Phoenix (Theodore), Amy Adams (Amy), Rooney Mara (Catherine), Olivia Wilde (cita a ciegas), Scarlett Johansson (voz original de Samantha). Producción: Megan Ellison, Spike Jonze y Vincent Landay. Fotografía: Hoyte Van Hoytema. Montaje: Eric Zumbrunnen y Jeff Buchanan. Diseño de producción: K.K. Barrett. Música: Arcade Fire y Owen Pallett. Vestuario: Casey Storm.


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