Zeus y Hera - Annibale Carracci
Hera fue hija de Rea y Cronos. Su padre se la tragó nada más nacer. Cuando salió del interior de Cronos, ya era una joven muchacha. Hera atrajo a Zeus (Júpiter), que había vencido a Cronos y a los titanes, y se había convertido en el soberano de los dioses. Para estar más cerca de Hera, Zeus se transformó en un tembloroso pajarillo, del que Hera se compadeció y calentó en su pecho. Entonces Zeus abandonó su disfraz e intentó forzarla. Ella resistió hasta que él le prometió casarse con ella. La luna de miel duró 300 años. Una vez acabado este tiempo, Zeus volvió a sus relaciones promiscuas. Las infidelidades de Zeus provocaban celos vengativos por parte de su esposa. Pero la rabia de Hera no se dirigía a Zeus, sino hacia las otras mujeres y hacia los hijos de Zeus. Zeus dio él mismo a luz a su hija Atenea, diosa de la sabiduría, demostrando que no necesitaba para ello a su esposa. Entonces Hera decidió ser ella sola padre y madre de un hijo que llamó Hefestos, dios de la forja, pero este nació con los pies contrahechos, y Hera lo arrojó fuera del monte Olimpo. Hera fue también madre y padre de Tifeo, un monstruo destructivo. Ares, dios de la guerra, fue hijo de Hera y Zeus. Hera tenía tres epítetos: En primavera Hera Parthenos (doncella, virgen), en verano y otoño Hera Teleia (perfecta, realizada). En invierno Hera Chera (viuda). Sus símbolos eran la vaca como proveedora de alimento, la Vía Láctea que provenía de la leche brotada de los senos de Hera, el lirio formado por las gotas de leche que caían al suelo. Y los ojos de la cola de plumas del pavo real que simbolizan la actitud de desvelo de Hera.
Origen de la Vía Láctea - Tintoreto