Inaugurada a finales de junio y pensada para vivir en el espacio de la Galería Esther Montoriol durante el presente mes, la exposición de Hernán Ardila (Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1963) es un triunfo de los procedimientos artísticos clásicos (aseveración que no busca herir sentimientos) y las nuevas tecnologías, representadas en el uso del ordenador por parte del artista como herramienta de análisis previo a la interacción de las obras.
Hernán Ardila estudia las formas, las líneas, el cromatismo, los materiales (madera, plástico, metal) y, a partir de sus conclusiones y las relaciones establecidas por todos estos elementos independientes, construye un conjunto que se adentra en los límites de la instalación, las intervenciones, a ese terreno indefinido y existente entre lo que es y lo que puede ser.
Una muestra que favorece a los ángulos duros, las rectas, las repeticiones y los cambios pictóricos y materiales. Un todo en mutación, evolución, transfiguración o como nos interese llamar al tránsito hacia direcciones superiores.