Pues, al parecer, mis sensaciones no tienen ningún tipo de validez. Digo esto porque llevo todo el día con una buena sensación con respecto a 2021 (ya os dije que eso era raro), pero acabo de releer el post de bienvenida de 2020 y tuve exactamente la misma sensación. Vale, no es exactamente la misma porque este año sí que van a cambiar las cosas para mí en cuestión de trabajo y estudios, pero bueno.
En mi defensa diré que, si no hubiera sido por la pandemia mundial, no hubiera sido un mal año para mí. Quiero decir que no me ha cambiado nada la vida al margen de eso. Además, cabe añadir que no he perdido a nadie cercano, por lo que realmente me siento una privilegiada. (Hay que ver qué bajo está nivel de los privilegios últimamente...).
Pero no he venido aquí para hablaros del 2020, sino para reflexionar sobre las cosas que espero de 2021. Pese a tener una buena sensación, mis expectativas son realmente bajas. Quiero decir que creo que voy a ser medianamente feliz este año, pero dudo que vaya a ser mucho mejor que el anterior. En cualquier caso, esto es lo que le pido a 2021.
Este año me propongo esforzarme al máximo para alcanzar mis metas. Nunca había sentido un deseo tan fuerte por conseguir unos objetivos como hasta ahora y soy consciente que depende de mí en gran medida. Puedo decir que sé lo que quiero, como lo quiero y con quién, y no me gustaría dilatarlo más. Puede que solo se quede en eso, en un deseo, pero, al menos, quiero asegurarme de que voy a poner todo de mi parte. Si aún así no lo logro, seguiré intentándolo al año siguiente y no me sentiré mal porque sabré que puse todo mi empeño.
También me propongo cuidar mis relaciones personales. Cometo mucho el error de encerrarme en mí misma y acabo descuidando cosas muy importantes. No porque no me importen, sino porque no me doy cuenta. Quiero sacar más la cabeza del agujerito y abrirme más a los demás para que ellos también puedan sentirse más queridos.
Por otro lado, mi mayor deseo es tener bienestar y calma mental. La salud mental es muy importante y a mí me flojea (ya os lo he contado), por lo que mi mayor tesoro es su conservación en buenas condiciones. El pasado año ha minado la salud mental de una gran parte de la población y espero sinceramente que, poco a poco, nos sea devuelta porque estoy cansada de tener crisis cada cierto tiempo y cuestionarme mi vida constantemente.
Por suerte, sí que hay algunas cosas que yo puedo hacer para favorecer esto, y una de ellas es continuar con mis hobbies. Ahora mismo me centro en bordar, coser, hacer puzzles y jugar al Animal Crossing. Soy una grandmillennial de manual, y a mucha honra. Espero también retomar la literatura y la repostería como mi antiguo yo. Por lo pronto, estos días voy a hornear yo misma el roscón de Reyes. A saber cómo sale esto...
Y estos van a ser mis únicos propósitos, que no son tal cosa realmente. El tema de hacer una lista de propósitos no va nada conmigo y me hace sentir mal si no los logro, así que intento simplificar mi vida todo lo posible. Al fin y al cabo, enero no cambia tanto las cosas.
A vosotros os deseo todo el bienestar que os sea posible. Solo vosotros sabéis de qué va acompañado en cada caso. Creo que es lo mejor que se le puede desear a una persona.