Si estuviese viviendo la vida que me gustaría no estaría escribiendo esta entrada el día 4 de enero a las 21.07. La habría escrito el día 1 con un iced latte mientras disfruto de mi nueva chimenea porque no tendría que estar haciendo malabares con el tiempo para tener todo preparado de cara a la vuelta al trabajo al mismo tiempo que estudio oposiciones e intento disfrutar de las primeras navidades en mi nueva casa en la medida de lo posible. Teniendo esto en cuenta, comprenderéis que no he tocado una sola tecla en los últimos 4 días.
Pero, ¡eh!, que eso no significa que esté mal. Al contrario, estoy mejor que nunca. 2024 ha empezado muy bien y, aunque es cierto que me gustaría estar disfrutándolo más, no me puedo quejar en absoluto. Comenzamos el año en nuestra nueva casita, acurrucados en el sofá frente a la chimenea tomando chocolate con churros y eso era todo lo que le pedía a la vida.
¿Cuáles son mis deseos para este año?
Como siempre, me he quitado eso de hacer propósitos porque me parece una pérdida de tiempo. No, no voy a entrenar más (como mucho entrenaré lo mismo), ni voy a intentar correr una carrera popular, ni voy a dejar de comer cosas con azúcar (sorry not sorry), ni voy a ahorrar (tenemos muchas reformas pendientes), ni voy a reducir el tiempo de uso del móvil, etc. Seamos realistas, amores.
Sin embargo, sí que hay algunas cosas que me gustaría conseguir este 2024. Por ejemplo, querría aprobar las oposiciones. No me va la vida en ello y por eso me lo tomo de forma muy relajada. Tengo un trabajo fijo que me encanta y en el que me siento muy cómoda, pero sería un salto a mejor en condiciones laborales. También querría redecorar algunos rincones de mi nueva casa para que tenga sentido, darle una vuelta a mi estilo personal con prendas más cómodas y en tendencia, dejar de preocuparme por el alcance de las redes... Pero, sobre todo, adoptar un perrito. ¡Lo estoy deseando!
Realmente, lo único que quiero es estabilidad y tranquilidad. Y lo peor de todo es que estas son unas de las cosas más difíciles que pedirle a un año. Solo quiero disfrutar de mi casa, sentarme frente a la chimenea, plantar un limonero, dar paseos por los caminos de la urbanización, ser más cercana con los míos... Cosas bastante normales, a decir verdad.
Lo que no quiero es hablar de sensaciones ahora mismo. Las últimas veces he tenido una buena sensación con el año nuevo y no se ha cumplido. Por eso ahora tengo miedo, porque mi sensación con este nuevo año también es muy buena y no quiero que vuelva a torcerse todo de esa manera. Sí que es verdad que han cambiado muchas cosas, especialmente mi forma de enfrentarme al mundo, pero el miedo está ahí.
Pero sí que os aporto un dato: mi número favorito es el 4. Y este año se cumplen 10 años desde que terminé mi primera carrera, y recuerdo que 2014 fue un buen año. ¿Sabéis qué hice ese año aparte de graduarme? ¡Empecé este blog! A ver, no literalmente (eso fue en 2010), pero sí su transformación en un blog de lifestyle como es ahora. Será celebrado.
Madre mía, 10 años haciendo esto ya... La ancianidad me persigue. Han pasado tantas cosas desde entonces... Prometo hacer una retrospectiva. Pero, por ahora, lo dejo aquí.
Os deseo también a vosotros un buen año lleno de tranquilidad, estabilidad y cosas bonitas. ¡Nos leemos!