Revista Cine
Prioridades
Una señora entrada en años estaba en la cubierta del barco crucero, agarrando su sombrero firmemente con las dos manos, para que el viento no se lo llevara. Un caballero se aproxima y discretamente le dice: “Perdone mi atrevimiento, señora, no quiero incomodarla, pero ¿ya se dio usted cuenta de que el viento le está levantando mucho su vestido?” “Sí, pero necesito las dos manos para sostener mi sombrero.” “Pero, ejem, usted debe saber que sus partes íntimas están siendo expuestas”, dice el hombre. La viejita mira para abajo, luego para arriba y finalmente responde, resignada: “Caballero, cualquier cosa que se vea de aquí para abajo tiene 75 años. ¡El sombrero lo compré ayer!”