Revista Ciencia

III. Trabajos de Verano

Por Manuel Somavilla

A)   Sopesado

     El examen de una colmena en verano parte, básicamente, de su peso. Se levanta desde atrás, se estima el sitio disponible y, en consecuencia, la posibilidad de una intervención.
   En los grandes colmenares la inspección, por ejemplo, de una colmena de cada diez, incluyendo pesadas, de tipo medio y ligeras, completa el sopesado precisando el estado de las colonias. 
  El pesado exacto de una colmena da una idea mucho mejor. Además, apoya las observaciones que podamos hacer sobre la intensidad de la pecorea o sobre la situación en el tiempo en los periodos de la secreción de néctar.
  Si numerosas colonias aumentan de peso, las que se estancan o reducen su actividad deben ser inspeccionadas para descubrir la razón de su estado (enjambrazón, enfermedad o cambio de reina) y, eventualmente, ponerles remedio.

B)  Inspecciones

  A partir de la colocación de la primera alza, la colmena no debe ser abierta o inspeccionada sino cuando se le vaya a colocar la segunda alza, a menos que del exterior se deduzca una enfermedad o accidente.
   La inspección más simple se limita a levantar el cubridor y, de un vistazo, estimar el estado del alza: desocupada, ocupada a medias o casi llena. Entre los estirados, los encerados, colocados en los mismos lugares (por ejemplo 2, 4, 7 y 9) en todas las alzas, darán cuenta de la capacidad para obrar y de la necesidad, más o menos creciente, de agregar una nueva alza.
  Para las colmenas trashumantes alejadas de 50 a 100 km. y más del domicilio, las inspecciones tendrán lugar quincenal o mensualmente. El intervalo entre dos vueltas varía en función de lo que los informes de los trashumantes de una misma región se comunican en sus casuales encuentros y de los datos meteorológicos.
   Se puede colocar, sobre cuatros hojas de periódico, un alza (encerados y estirados en primavera, encerados solamente a causa de la tiña de verano) que las abejas ocuparán y estirarán si -agradable sorpresa- se desencadena bruscamente una fuerte mielada.

C)   Prevención de la barba

    Las colmenas que hacen barba (racimo delante de la entrada) van a enjambrar o les falta aire. Esta reacción de asfixia no debería producirse jamás. Se la remedia de forma definitiva mediante el aumento del tamaño de la piquera y de una forma provisional levantando el cuerpo y deslizando un calzo (una piedra) entre el cuerpo y nel basamento fijo.
   A pleno sol y orientadas al sur, las abejas no hacen la barba cuando la piquera ocupa todo el frente de la colmena a una altura de 1´5 a 2 cm.

D)   Supresión de colmenas defectuosas


  Las colonias improductivas sin motivo conocido y válido (enjambre tardío, enfermedad  accidente, etc.) deben ser suprimidas sin, por ello, perder sus abejas, cuadros y provisiones.
   Se emplean dos métodos: la dispersión y la reunión.
  a)   La dispersión se aplica sobretodo en primavera. Consiste en sacar de la colmena defectuosa los cuadros de puesta y provisiones con los cuadros que lleven e introducirlos en las otras colmenas del apiario que resultan así reforzadas.          La operación se hace sin luchas durante la mielada. En otros periodos, con las abejas menos dispuestas, es necesario aprovechar el centro de un buen día, no introducir sino un solo cuadro y ahumar copiosamente o rociar con jarabe la colmena receptora, así como el cuadro introducido.      Es inútil, en la dispersión, buscar la reina mala, pues en la colmena en que resulte introducida desaparecerá.  b)     La reunión se realiza ventajosamente en verano. Agrupa dos colonias: una débil que se da a la otra, fuerte, que la recibe.
    Durante la mielada, colocar la colonia a suprimir sobre la colonia fuerte ahumada un poco, dos hojas de periódico entre cuerpo y alza, facilitan la reunión. No dejar entrada propia a la colmena de arriba: su reina desaparecerá, sus abejas saldrán por la piquera de abajo.
   Fuera de las épocas de traída de néctar, la operación debe desaconsejarse. Si, con todo, se quiere reunir, tomar algunas precauciones: ahumar fuertemente, separar las poblaciones con tres o cuatro hojas de periódico, rociar con jarabe de azúcar las abejas y los cuadros o anestesiar las dos poblaciones con nitrato amónico.
  Las pecoreadoras de una colmena desplazada o suprimida no se pierden: penetran en las colonias vecinas en que son aceptadas.
  Resulta cómodo y ventajoso suprimir las colonias defectuosas o en exceso con motivo de la trashumancia. Para ello, una vez instalado, en su lugar de trabajo, por ejemplo, el espliego, un colmenar compuesto por buenas colmenas, se traerán las colonias a suprimir, se instalarán sobre el techo o al lado de las colmenas en forma que las colmenas casi se toquen. Una hora después o bien tres-quince días más tarde se reúnen las dos colonias superponiéndolas por el método del periódico o, incluso, sin periódico u otras precauciones; los fondos fijos hacen en este momento un buen servicio. No dejar entrada a la colonia superior. En la recolección, la miel reemplazará la puesta de esta colonia.

E)    Trasvase


    Reservamos el término trasvase al paso de las abejas, puesta e, incluso, provisiones de una colmena fija a una colmena de cuadros. Corrientemente son empleados dos métodos:
    Primer método:
     Retirar la colmena fija dejando en el sitio su soporte formando el fondo y, a menudo, la rampa de vuelo.     _   Voltear la colmena fija hasta dirigir su base abierta hacia arriba.   _   Sacar las abejas de la colmena fija ahumándola o por golpeteo (martilleando a la cadencia de un golpe por segundo) y hacerlas pasar a un caza-enjambres, corcho u otro recipiente provisional.
    Algunos apicultores desean saber si la reina ha pasado con las obreras al caza-enjambres o permanece en la colmena: para ello, colocan el caza-enjambres o la colmena, su abertura basal hacia abajo, sobre un tejido negro. Diez o quince minutos más tarde, si la reina en un periodo de puesta se encuentra entre las abejas (se trasvasa durante el periodo de actividad de las abejas), los huevos caen sobre el tejido negro, en el que es fácil percibirlos.    _   Desmontar la colmena fija y ajustar los panales a las dimensiones de los bastidores.  _  Colocar los panales en los cuadros cuidando que las celdas queden en posición correcta; sujetarlas, rodeando bastidor y panal, con una liza o alambre.    _   Introducir los cuadros en una colmena; pasar las abejas a ella; alimentar.        Las lizas roídas por las abejas serán sacadas en pedazos. En cuanto a los alambres, convendrá retirarlos diez o quince días después del trasvase, cuando los panales ya estén soldados a los bastidores. 
    Segundo método
   _   En un cuerpo de colmena colocar bastidores provisto de cera estampada o preferiblemente estirados.    _   Sobre el cuerpo de colmena así preparado, colocar un separador de reina, después un cubridor provisto de una abertura un poco menor que la base de la colmena fija.    _   Sacar las abejas de la colmena fija (ver el primer método).    _   Poner la colmena fija, conteniendo puesta y provisiones, como si se tratara de un alza, sobre la abertura de un cubridor; taponar con escayola, mastic o cualquier otro material apropiado, la piquera de la colmena fija, así como los intersticios que pudieran, en su base, permitir el paso de las abejas.  _   Hacer penetrar las abejas en la colmena de cuadros por la tabla de vuelo: se establecerán en el cuerpo; las obreras subirán a la colmena fija; la reina, retenida en por el separador, queda en la colmena de cuadros.    _    Después del nacimiento del pollo de la colmena fija, es decir veinticinco días después de la operación, se puede quitar esta colmena, el cubridor agujereado y el separador de reinas. Cerrar la colmena de cuadros. Sacar las abejas de la colmena fija; hacerlas pasar a la colmena de cuadros. Desmontar la colmena fija y recolectar la miel que contiene.

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