(Foto: Christian Petersen/NBAE via Getty Images)
Hemos asistido a una de las finales más apasionantes de los últimos años. Una serie por el título entre Lakers y Celtics siempre tiene un sabor especial, pero la de esta temporada ha sido especialmente emotiva, disputada y, por momentos, heroica. Los angelinos se alzaron con la victoria sufriendo hasta el final del séptimo partido ante unos Celtics que se presentaron con la piel de cordero, pero que acabaron demostrando que son, tal vez, el equipo con más orgullo de toda la NBA.
En estos dos días ya se han hecho todas las crónicas habidas y por haber, y queda poco que añadir a los análisis que se han hecho de las Finales, centrados en los aspectos más importantes pero también en los secundarios, en las intrahistorias que hacen de un acontecimiento como éste lo que en EE.UU. llaman un instant classic.
Es momento, por tanto, más que de mirar hacia atrás analizando lo que unos y otros han conseguido, de intentar adivinar lo que depara el futuro más cercano de las dos franquicias más representativas de la NBA. Un futuro que presenta bastantes incógnitas teniendo en cuenta que son dos equipos que han llegado a lo máximo a lo que se puede aspirar en este deporte, pero que aún así tienen algunas dudas que no convendría pasar por alto.
Los Lakers consiguieron el pasado jueves el 16º título de su historia (11º en Los Angeles, a los que hay que sumar los cinco Anillos conseguidos cuando el equipo estaba en Minneapolis), y de este modo se sitúan a sólo uno de los 17 que poseen los Celtics. La lucha por ser el equipo más laureado de la historia está más cerrada que nunca, y es muy posible que la dualidad que hemos visto en las últimas temporadas se mantenga algunos años más.
El propietario de los Lakers, el doctor Jerry Buss, es ya un hombre anciano. A sus 76 años, ha manifestado que no piensa retirarse hasta ver como su equipo supera en títulos a su eterno rival. Para ello, los Lakers deberán ganar al menos un par de Anillos más. Si miramos su plantilla, se diría que tiene mimbres para conseguir la hazaña. Veamos como está la situación en la actualidad:
-Kobe Bryant y Pau Gasol, los dos auténticos líderes de este equipo, tienen contrato garantizado hasta el año 2014. Por tanto, es de suponer que ambos jugadores finalizarán su carrera con el equipo californiano, puesto que cuando expiren esos contratos tendrán 36 y 34 años respectivamente. Sólo un traspaso (algo altamente improbable) impediría que Kobe y Pau cumplieran su compromiso con los Lakers.
-Andrew Bynum, si las lesiones le respetan, debería ser el pívot sobre el que se construyera el futuro de la franquicia. A sus 22 años ha demostrado su calidad, y será un All-Star habitual a poco que sus rodillas dejen de darle problemas. Su millonaria vinculación con los Lakers se prolonga hasta 2012, y para la temporada 2012-13 el equipo tiene una team option por valor de 16.5 millones, que ataría al center una temporada más.
-Lamar Odom y Ron Artest son los principales actores de reparto de este equipo, jugadores que asumen mucha importancia en momentos decisivos y cuya presencia en la plantilla tiene un valor incalculable, como vimos con la destacada actuación de Artest en el séptimo partido de las finales. Odom firmó este pasado verano una ampliación de su contrato hasta 2012, con una team option de 8.2 millones para la campaña 2012-13. Por su parte, Artest está comprometido hasta 2014, pero tiene una posibilidad (player option) de salir al mercado en el verano de 2012. Parece complicado que RonRon opte por abandonar el equipo que le ha dado la gloria y en el que ha callado muchas bocas que hablaban de lo desacertado de su fichaje por los Lakers. Aunque claro, resulta totalmente aventurado predecir nada que esté relacionado con un tipo como Artest.
-Otros jugadores que tienen contrato garantizado para la temporada que viene son Sasha Vujacic y Luke Walton. El esloveno -que podrá decir a sus nietos que metió los últimos puntos de una Final contra los Celtics- tiene un año más de contrato por 5.5 millones, después del cual será agente libre sin restricciones. Walton tiene su futuro mucho más claro, con contrato asegurado hasta 2013.
-Después tenemos otro grupo de jugadores con una situación particular en su vinculación con los angelinos. Tanto Adam Morrison como Jordan Farmar serán este verano agentes libres con restricciones y estarán sujetos a una qualifying offer (6.9 millones para Morrison, 2.9 para Farmar), lo que significa que esa será la cantidad "de tanteo" que deberá superar el equipo que quiera contratarlos. Por otro lado, Shannon Brown tiene una player option de 2.2 millones, que suponemos que ejercerá para seguir una temporada más en el equipo de Los Angeles.
-Y finalmente, hay tres jugadores en la plantilla que no tienen contrato a partir del próximo día 1 de julio. Dos de ellos tienen un papel residual en el equipo, como son DJ Mbenga y Josh Powell, que deberán esperar una oferta de renovación por parte de los Lakers o buscarse las habichuelas en otro equipo. Por tanto, el principal asunto que deberán tratar Buss y el GM Mitch Kupchak es saber qué ocurre con el futuro de su capitán: Derek Fisher. A punto de cumplir los 36 años, con cinco Anillos a sus espaldas y siendo el jugador más respetado del vestuario, Fisher ha vuelto a dejar patente su importancia capital en los Lakers. No destaca especialmente en la temporada regular, pero cuando llegan los Playoffs el capitán siempre da un paso adelante. Lo vimos en el tercer partido de la Final, que ganó prácticamente solo. Y lo hemos visto a lo largo de toda la serie, con canastas decisivas y una excepcional defensa sobre Ray Allen, además de su capacidad de liderazgo y de su veteranía. Los Lakers llevan años buscando un base de garantías para sustituirle, pero hoy por hoy sigue pareciendo que no hay ningún jugador en la NBA que pueda asumir ese rol que no sea el propio Derek Fisher. El jugador quiere seguir, y la oficina técnica de los Lakers tendrá que hacer un esfuerzo para renovarle al menos una temporada más.
Así pues, esta es la situación de la plantilla angelina de cara a las próximas temporadas, esas en las que se pretende superar a Boston en número de títulos. Salvo algún retoque puntual, no se esperan incorporaciones de renombre, por lo que el bloque que afronte la lucha por el threepeat será el mismo que ha alcanzado la gloria en los dos últimos años. Sin embargo, todo este castillo empezará a temblar si le falta la pieza más importante, la que sujeta todos los cimientos de este equipo campeón: Phil Jackson.
Jackson ha conseguido esta temporada superar todos los récords posibles en cuanto a títulos se refiere. Es el entrenador con más campeonatos (11) de todos los deportes profesionales americanos, e incluso ha superado los 10 títulos que el recientemente fallecido John Wooden consiguiera con la universidad de UCLA. Phil lo ha ganado todo en la NBA, y también ha amasado muchísimo dinero. Por eso, su decisión de seguir o no seguir en los Lakers es más complicada que nunca. En los parlamentos posteriores a la consecución del título el pasado jueves, Jackson dijo que "necesitaba tomarse un respiro y pensar bien en todo esto". Es decir, que el entrenador no lo tiene claro. El tema económico es otro handicap, puesto que el salario de Jackson (12 millones por temporada, el coach mejor pagado de la Liga), en un equipo que supera con creces el salary cap, puede ser un lastre en estos tiempos de apretarse el cinturón. Jerry Buss está sobrado de dinero, y los Lakers no son un equipo deficitario, pero es una situación que no puede alargarse por muchos años.
Por el momento, el Maestro Zen se retirará unos días a su Montana natal, para descansar en las montañas y desconectar de la vorágine californiana, además de aprovechar para hacerse un chequeo médico necesario por sus problemas de salud. Dentro de una semana anunciará si continúa o no al frente de los Lakers, una decisión que puede dar un vuelco al futuro de la franquicia. ¿Qué pasará si Jackson no sigue?. En principio, no habría problemas para encontrar entrenador. Suena su asistente Brian Shaw, o un histórico de la franquicia como Byron Scott (al que se relaciona con los Cavaliers pero que está sin duda esperando a ver si puede aspirar a su ansiado banquillo amarillo), pero no hay dudas de que la marcha de Jackson sería un trauma para la plantilla, que lo tiene como un mentor y como la principal causa del éxito de este equipo. En pocos días saldremos de dudas.