Ni robots, ni ningun malo con poderes sobrenaturales, ni algo que se salga de lo humano. Shane Black, quien ya ha confirmado, como todos preveíamos, que dirigirá y guionizará el cierre de la saga, ha decidido que en esta tercera entrega quiere acercarse a la realidad y colocar a un villano sin tuneos, de carne y hueso, que no sea nada especial. Lo que ha declarado el drector es que "Iron Man no volverá a ser dos hombres en armaduras de hierro luchando uno contra el otro. En cambio, será más parecido a un thriller a lo Tom Clancy, con Iron Man luchando contra villanos del mundo real". No sólo eso, el realizador ha comentado que quiere darle un mayor protagonismo a Tony Stark (¿En serio? ¿Es posible darle mayor transcendencia al personaje protagonista que en la segunda? ¿Será esta última entrega un monólogo de Downey Jr.?) El asunto es que tras estas declaraciones la mayoría apunta a que El Mandarín queda descartado como antagonista, hecho que se contrapone al guión escrito por Jon Favreau, quien situaba en la trama a este personaje y que a muchos disgusta porque es el villano más mítico.
Desde Aicn.com ya han comentado que es posible que Black se acerque a los cómics de los 80 e intrduzca a Spymaster o Madame Masque.
El cierre de la saga se estrena el 3 de mayo de 2013 y yo sólo espero que Tony Stark no tenga más frases de guión que James Franco en 127 horas. Por cierto, ¿no son Black y Liev Schreiber la misma persona? Ahí lo dejo caer...
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