Revista Sociedad

Israel y Palestina, otra vez

Publicado el 14 agosto 2014 por Igork

Israel creó la cárcel de Gaza y echó la llave al mar, se ha dicho muchas veces. Y parece que hasta hace un tiempo era así. Ahora el estado de Israel parece arrepentirse de haber erigido tal prisión y pretende, simplemente, demolerla. En cualquier caso, y a riesgo de equivocarme, me parece que en esta dramática historia entre israelís y palestinos no hay buenos y malos, pues todos son malos. Lo que sí hay es una historia entre fuertes y débiles. Fuertes militarmente, fuertes políticamente, pues Israel es un apéndice de los EEUU en Oriente Próximo, fuertes económicamente, contra un estado fallido, horrorosamente corrupto y cuyos raíces y situación son claramente injustos. El pueblo palestino no tiene futuro para dar a sus hijos, pues la guerra dura desde hace más sesenta años y el Estado de Israel se asegura, cada cierto tiempo, que el odio que la genera no caduque, matando a miles de niños, mujeres y hombres desde la cómoda distancia y seguridad de un F-16 o un carro de combate Merkava.

guerras asimétricas

Pero aun y así los palestinos, demográficamente, no paran de crecer. En 1948 los palestinos eran 1,4 millones de habitantes y en 2008 se estimaba que eran 10,5 millones en todo el mundo, más de cinco millones en Cisjordania y Gaza. En 1948 los israelís en Palestina —donde antes de la creación del Estado pasaron décadas comprando tierras a los Palestinos— no llegaban al millón y hoy son cerca de ocho millones, con un 21% de población árabe. Por tanto, la demografía sería una razón de peso para que Israel reconsiderara su política de muerte, demolición y odio asegurado de los palestinos transmitido de generación en generación por los propios bombardeos indiscriminados, fósforo blanco incluido sobre el Líbano en 2006. Además, la pirámide demográfica palestinas es radicalmente joven mientras la de Israel, como en todos los países desarrollados, empieza a parecer una pirámide del revés.

El futuro es inexpresable. Hay otro cambio que se está produciendo paulatinamente en el ámbito militar y que es más acusado en las guerras asimétricas, como la Segunda Guerra del Líbano entre Israel y Hezbolá. Los milicianos de Hezbolá destruyeron con simples antitanques a decenas de los todopoderosos tanques israelís (si buscáis en Internet, ojo, que todo ha quedado lo más enterrado posible). Que con un arma que puede costar, a ojo, 150.000 euros o menos se pueda destruir otra que cuesta entorno los 90 millones de euros, significa que las guerras asimétricas cada vez lo serán menos. Y lo mismo está ocurriendo con los sistemas antiaéreos y los misiles antibuques, algo que los militares de todo el mundo comprendieron con el uso de misiles Exocet durante la guerra de las Malvinas. La tecnología tiene efectos inesperados en todos los ámbitos. Hoy se puede organizar un ejército defensivo competitivo con relativamente poco dinero. Otra razón para que el Estado de Israel cambie de política.

Ya no entro en razones humanitarias, éticas, morales. El mundo occidental es muy hipócrita, y yo también, pues formo parte de este lado. Nos desgañitamos por una tragedia y olvidamos otras. En la vecina Siria está muriendo más gente y ya nadie se preocupa por ellos. No parece haber efecto. De hecho, Wikileaks desveló los más grandes escándalos en décadas y no pasó nada de nada. En el gobierno de Israel sí se ha producido un cambio que antes no existía, la entrada de los ultraortodoxos, que creen, como cualquier grupo radical, poseer las llaves de todas las puertas. Lo mismo les ocurre a los de Hamas, pues consideran que ellos atesoran toda la verdad. Sólo faltaría que en este polvorín se sumara la pugna entre sunitas y chitas en el Islam, para acabarlo de enredar. Hoy los palestinos no ven horizonte alguno y sí perciben el intenso odio por las muertes, el sometimiento, la guerra, algo que también han sufrido los israelís, aunque en menor proporción, por ser ellos los fuertes. Cuando el día de mañana no importa, no importa seguir luchando hasta morir.

El futuro es inexpresable pero viendo esta nueva fase de esta guerra, pienso que acabará como la Guerra de los 100 años, por agotamiento de las partes, cuando de aquí a unas décadas hayan muerto muchos más, cuando la destrucción sea tal que en ambos bandos hasta los testarudos entiendan que se deba llegar a algún acuerdo. ¿Por qué no antes?


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