Existen personas que tal vez nunca han llegado a jugar una partida de campeonato y que su noción del Ajedrez se debe, más bien, a su afición e interés por lo poco o mucho que hayan podido leer o ver en el curso de su existencia y, quizás, por lo que dicho juego comporta, como pueden ser el desarrollo de sus estrategias y la toma de decisiones que, bien entendidas por la juventud, pueden potenciar el desarrollo de su capacidad intelectual y que, en otras facetas de la vida, les sirvan para superar los obstáculos que se les presenten.
Joaquim Francés i Martínez,
en 1948
(Foto: Gentileza de la familia Francés)
En su día ya hablábamos sobre don Manuel Tobella i Adroher, un erudito de la escultura miniaturista quién, sin serlo en el tema que nos ocupa, el Ajedrez, fue capaz de realizar unos sensacionales trabajos, plasmados en juegos de ajedrez. Por cierto, Tobella también era un apasionado por la pintura, como asimismo lo fue el personaje del que estamos hablando ahora, Joaquim Francés i Martínez.
Haz clic aquí para leer todo el artículo