El tiempo ha cambiado, ha llegado de repente el otoño traducido en vientos frescos del oeste y mucha humedad. Esto ha vaciado las playas de repente, hoy he podido comprobarlo junto con Pilar, Geoff y Anabel en Bañugues. Mucha menos gente y algo más de aves que los últimos días. En los bandos de limícolas mezcla de jóvenes y adultos, como por ejemplo en los correlimos tridáctilos Calidris alba.
El juvenil, en primer plano, muestra un plumaje inmaculado, como un tablero de ajedrez. El adulto al fondo presenta un evidente plumaje desgastado, demostrando las huellas de la estresante época reproductora y con una muda incipiente, sus plumas son una mezcla abigarrada de gris, negro y blanco. Aquí los vemos por separado.
Con el correlimos común Calidris alpina sucede un tanto de lo mismo, en los grupos se observan adultos y juveniles, aunque estos últimos, como sucede con el tridáctilo, ya son mayoría.
Y van apareciendo especies nuevas, hoy la primera aguja colipinta Limosa lapponica, un juvenil con un plumaje de libro.
Y un pequeño grupito de vuelvepiedras Arenaria interpres.
Poco a poco, la migración va llegando a su punto culminante.