(Cristina Galindo, El País, Varsovia, 17/06/2010)
Un cartel electoral de la campaña de Jaroslaw Kaczynski, con el lema "Polonia es lo más importante". REUTERS
Los últimos sondeos apuntan a que será necesaria una segunda vuelta electoral.
El inesperado ascenso del político ultraconservador Jaroslaw Kaczynski en la carrera por la presidencia en Polonia ha llenado de incertidumbre el desenlace de una competición que está resultando más reñida de lo esperado. Desde que el ex primer ministro y diputado del partido opositor Ley y Justicia anunciara su decisión de presentarse a las elecciones del domingo para suceder en el poder a su hermano gemelo, Lech Kaczynski, que murió en un accidente aéreo el 10 de abril, su avance en las encuestas ha sido imparable. Los últimos sondeos dan a su rival, el liberal Bronislaw Komorowski, de la gobernante Plataforma Cívica, una ventaja de entre 2 y 10 puntos respecto a Kaczynski, pero esta distancia no le garantiza ganar en esta primera vuelta.
Kaczynski amenaza con bloquear las reformas sociales si llega al poder
Convertirse en el nuevo jefe de Estado iba a ser, en principio, un simple paseo para Komorowski, presidente del Parlamento y jefe de Estado en funciones desde la muerte de Lech Kaczynski, junto a otras 95 personas, en la localidad rusa de Smolensk.
Antes del accidente, Komorowski era el favorito, muy por delante del entonces presidente. Pero la irrupción en estos comicios anticipados del hermano del difunto ha abierto la puerta a grandes cambios. Un sondeo publicado ayer por Gazeta Wyborcza daba a Komorowski un 48% de los votos, frente al 34% de su competidor, una distancia considerable pero insuficiente para evitar que se celebre una segunda votación el 4 de julio. Otra encuesta difundida el fin de semana pasado por la televisión pública reducía la distancia a dos puntos (38%, frente a 36%).
"Hay muchas dudas sobre qué va a pasar", afirma Bartek Nowak, director ejecutivo del Centro para las Relaciones Internacionales en Varsovia. "Kaczynski es un luchador, está mucho mejor preparado para la batalla que Komorowski, quien está siendo demasiado moderado", opina.
El ex primer ministro también cuenta con el llamado voto de la compasión tras la muerte de su hermano en tan trágicas circunstancias. Nowak está convencido de que Komorowski tendrá dificultades si no evita la segunda vuelta, porque "Kaczynski gana mucho en el cara a cara". Ahora hay 10 candidatos y en la segunda votación participan solo los dos aspirantes con más votos.
La sombra del accidente aéreo ha planeado durante una campaña en la que apenas se ha entrado en el fondo de las propuestas electorales. El candidato liberal es partidario de impulsar la sanidad privada, aunque manteniendo la pública -ayer ganó una demanda por injurias que interpuso contra Kaczynski, que había afirmado que Komorowski iba a privatizar la sanidad-, y reformar el sistema de las pensiones. Mientras, el candidato ultraconservador defiende la sanidad pública y se muestra reticente frente a las privatizaciones de empresas.
La sensación general en Varsovia es que en la campaña ha faltado debate de calidad y que los ciudadanos están más preocupados por el impacto económico de las inundaciones sufridas días atrás por las fuertes lluvias que por las elecciones. Salvo sorpresas, se prevé una participación modesta (sobre un 40%).
Jaroslaw Kaczynski, que mañana cumple 61 años, se convirtió en uno de los gobernantes más controvertidos de la UE entre 2006 y 2007, y no solo porque él y su hermano fueran los únicos gemelos del mundo que compartían el poder, uno como jefe de Gobierno y el otro como jefe de Estado. Su política, dominada por su obsesión por velar por los valores tradicionales católicos y perseguir los restos del pasado comunista, acabó hartando a los votantes. Se vio forzado a convocar unas elecciones anticipadas que perdió.
Komorowski, de 58 años, nacido en el seno de una familia de aristócratas y con un amplio currículo en la lucha contra la dictadura comunista, sigue siendo el candidato preferido. Los analistas coinciden en que su principal defecto es la falta de carisma. "Sería un buen presidente, pero como candidato ha decepcionado", afirma Krzysztof Bobinski, analista de la Fundación Unia & Polska en Varsovia, que también tiene dudas sobre qué pasará este domingo.
Sea quien sea el próximo presidente, sus competencias serán muy limitadas, ya que en Polonia el verdadero poder recae sobre el Gobierno y el único instrumento real que posee el jefe de Estado es el derecho de veto sobre las decisiones del Parlamento. Pero una victoria de Komorowski allanaría el camino para que el Ejecutivo polaco, en manos de la Plataforma Cívica, pueda llevar a cabo las reformas estructurales que considere necesarias para modernizar el país sin temer el bloqueo constante de un presidente apoyado por un partido rival.