Emulando la filosofía hegeliana, Karl Marx dijo una vez que la historia suele repetirse. Una vez como acontecimiento trágico, transformador, y otra como farsa -del latín farcire: rellenar-.
No es la primera vez que en El Pedal recurrimos a la metáfora de la marmota. Lo seguiremos haciendo cada vez que los hechos lo habiliten. En este caso, fue en la 5ta etapa del Tour de Qatar que tras 153 km enlazó Al Zubara y Madinat ash-Shamal. No es de extrañar, en absoluto. La reiteración de perfiles de cuasi idénticas características topo-geográficas ofrece las condiciones para que la marmota salga de la cueva, huela alguna flor y deguste algún que otro fruto del bosque.
Con el esprínt masivo garantizado Tinkoff-Saxo -trabajando para Peter Sagan- asumió la cabeza del pelotón a falta de 15 km. Hombres del Astana y BMC seguían la estela del equipo propiedad del magnate ruso. Detrás, el líder Niki Terpstra y sus gregarios del Etixx-Quick Step.
Con 9 km para el final Tinkoff-Saxo había cedido protagonismo en los pedales del Giant-Alpecin, Etixx-Quick Step, BMC y Katusha. La marmota afilaba los dientes. En un paisaje desolador y con el pelotón estirado, los equipos con velocistas persistieron en un ritmo fuerte. Tanto fue así que diez corredores se cortaron momentáneamente por delante, con representación de Katusha, Tinkoff-Saxo y Etixx -incluyendo a Kristoff, Sagan y Tom Boonen-.
Reagrupado el pelotón, Tinkoff-Saxo asumió el protagonismo. Quedaban 2 km para meta. Poco después lo hizo Katusha. Cuando Kristoff se quedó sin hombres, no dudó en abordar la cabeza del lote y en los metros finales esprintar. Sagan intentó sin éxito batirlo. Nikias Arndt (Giant-Alpecin) otra vez tercero -aunque en esta oportunidad sin tanto apoyo de su equipo-. Gran muestra de carácter del noruego.
Así, la 5ta etapa del Tour qatarí repite podio. Kristoff, Sagan, Arndt. Nuevamente el noruego fue más fuerte que el eslovaco por centímetros.