Matándonos de hambre para seguir los cánones de belleza establecidos.
‘Aunque vivimos dentro de nuestro cuerpo y hemos de tratar con él durante las 24 horas del día, sabemos menos sobre nosotros mismos que sobre el mundo exterior‘. Dra. Christine Northrup.
He decidido hacer una ‘trilogía’ sobre un tema que nos concierne a todos: ‘Hacer dieta’. Todos alguna vez en nuestra vida hemos hecho la cura del sirope de savia, la dieta de la cebolla, la de los grupos sanguíneos, la de los puntos, la de la amiga que bajó 5 kilos en una semana, la de saltarnos comidas… Ahora que estamos en verano es un tema idóneo y sé que podremos aclarar y desmitificar ciertas ‘creencias light’ donde, además de poner en peligro nuestra salud, muchas empresas hacen su agosto.
La mujer tiene un peso natural en el que su cuerpo va a permanecer la mayor parte del tiempo si come de acuerdo a sus necesidades físicas y hace ejercicio regular. Su peso variará con su ciclo mensual (unos dos kilos) o su ciclo anual. Esta fluctuación casi siempre se debe a cambios en los niveles de líquido y no de grasa o músculos.
Muy pocas mujeres que se ‘ponen a dieta’ logran bajar de peso y conservarlo pese a la multimillonaria industria de las dietas y los productos light.
El concepto de ‘peso ideal’ es una forma obsoleta de pensar en buena salud y además es muy destructivo tanto física como emocionalmente para muchas mujeres y, actualmente, también, para muchos hombres.
La imagen del ‘cuerpo 10′ que nos bombardea por todos los medios de comunicación, desde hace muchos años, es inalcanzable para la mayoría de nosotros, a no ser que nos pasemos todo el día en el gimnasio y a base de píldoras, entre otras ‘actividades sufridoras’.
Las revistas de moda están llenas de información sobre dietas de comida light, sin nada de nutrientes y solo sirven para engancharnos en una obsesión permanente por el peso y la comida. Estas dietas son desequilibradas, con muy poca cantidad de alimento nutritivo y mucha cantidad de productos light basura, que lo único que consiguen es crear personas ansiosas, obsesionadas y con fluctuaciones de euforia y debilidad.
La norma actual es estar en guerra continua con la comida y nuestro peso pero solo los cambios lentos y permanentes en la forma de comer son los que realmente crean paz y salud a nuestra forma de vida.
Debemos saber que tenemos el poder para salir de esta rueda obsesiva de control de peso y que podemos disfrutar de nuestra vida, estemos como estemos en estos momentos, es decir, ahora mismo.
Después de cada ciclo de bajar y subir de peso, nuestra proporción de grasa corporal aumenta ya que el cuerpo se vuelve conservador y el metabolismo se vuelve más lento. La masa muscular magra va siendo reemplazada, cada vez que hacemos una dieta light, por grasa.
Fijarnos cada día de forma obsesiva en la cantidad de calorías que tiene un alimento para comerlo o no, es otra forma antigua de pensar en adelgazar, ya que aunque solo consumiéramos 1000 calorías al día de pan blanco o pasta el cuerpo no sería capaz de formar la masa muscular magra necesaria para quemar de modo eficiente la grasa, por lo tanto, como comenté antes, nuestro cuerpo entrará en la modalidad coservadora. Es evidente que las 170 calorías que nos puede aportar un plato de arroz integral no es lo mismo que las 160 calorías de un refresco de cola. Queda claro que las calorías no es en lo que nos tenemos que fijar sino en la energía nutritiva que aportan los alimentos al consumirlos.
Debemos de reaprender a comer para nutrirnos, eligiendo productos naturales de calidad. Nuestras necesidades nutricionales son muy individuales y cada persona necesita unos aportes de energía personales y diferentes, dependiendo de su actividad física, su edad, su condición, etc.
Somos muchos los que recurrimos a tentempiés azucarados o grasos para mitigar nuestra carencia de nutrientes. Hay una gran confusión. Demasiada información dietética distinta que hace que nos sintamos confusos y además insatisfechos porque no vemos ningún resultado.
No hemos nacido para pasarnos la vida luchando con nuestro peso.
Busquemos los alimentos frescos que más se adapten a nuestras necesidades y dejémonos de mitos light y promesas dietéticas falsas.
Para ‘mantener el tipo’ bastaría con tomar hidratos de carbono pobres en grasas que provengan de cereales integrales, legumbres, verduras y frutas disminuyendo los alimentos más grasos como margarinas, embutidos, fast food, salsas y fritos. En definitiva una alimentación equilibrada con productos frescos de nuestra zona y de la estación.
Seguiremos hablando de ello.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com