Lo que toca hoy es un ingrediente muy antiguo. La almagra (llamada también ocre rojo)
es una arcilla roja que se ha hallado en muchos sitios arqueológicos
neolíticos en España, en particular en Andalucía, donde se desarrolló
también el oficio de la alfarería, con estilos muy variados según el taller y los artesanos que lo gestionaban.
Es un elemento que se conoce desde el amanecer de los tiempos. Existe una extensa literatura sobre él: en algunos rituales mágicos en tierra germánica se utilizaba en lugar de la sangre para tintar las piedras sagradas; se usó también en algunas ceremonias funerarias; en Egipto se utilizaba para colorear los labios y obviamente, debidamente molido, se utilizaba como pigmento en general.
Como los demás ocres, también la almagra no es tóxica y se puede utilizar con libertad en las varias técnicas pictóricas Se encuentran en todo el mundo en varios tonos. Muchas fuentes consideran que el mejor ocre marrón procede de Chipre, mientras que el mejor ocre amarillo y ocre rojo procederían de Roussillon, Francia. En My Tale I Teach encontramos la almagra en una de las recetas de la imprimación a la creta, como posible material de carga colorante para la imprimación a la caseína, y también es uno de los pigmentos rojos adecuado para la pintura encáustica
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