‘la américa del odio’: una realidad peligrosa

Ya es el noveno. Y se viene el décimo también. Canal+ presenta otra entrega más de los reportajes de Jon Sistiaga, que recorriendo el mundo muestra diferentes problemas a veces escondidos o con poca atención mediática. La América del Odio representa otro capítulo más de un periodismo que va al frente, que va a las fuentes, que intenta afrontar la realidad mostrada aunque a veces peque de gotas de sensacionalismo que le agregan. Son pocas, pero caen, se hacen notar. Porque los documentales, como bien dijo Sistiaga en la presentación del pasado martes en la Casa Encendida de Madrid, son también para entretener y no tienen por qué aburrir.

La América del Odio se entromete en los grupos más racistas, ultraderechistas, integristas, cerrados y patrióticos de Estados Unidos. Mediante entrevistas a sus cabecillas, Sistiaga evidencia la mediocridad de los líderes de estos partidos, unos personajes frustrados que encuentran en estas actividades su razón de ser. Ejemplo de ellos son las Milicia de Michigan, el Movimiento Nacional Socialista (la mayor asociación nazi del país), las Naciones Arias o el famoso Ku Klux Klan y sus diferentes facciones. A pesar de que todos predican con ideas parecidas, como es la superioridad blanca sobre las demás razas, o el patriotismo, el odio al Gobierno de un Obama al que consideran un mal para su nación, la relación entre estas organizaciones parece ser bastante mala.

Equilibrado por opiniones en contra de estas organizaciones, el estilo del documental sigue la tónica de los anteriores, con un Sistiaga que hace frente a estas ideas descabelladas y desactualizadas. En varias ocasiones, se palpa una evidente tensión entre entrevistado y entrevistador, algo que se aprecia gracias a que Sistiaga (la voz y la imagen) en todo momento es el guía que se mueve a través de estos grupos.

Con un recorrido por varios puntos de Estados Unidos, incluida la desolada ciudad de Detroit, el periodista y sus cámaras llegan a puntos remotos de la geografía estadounidense, donde se encuentran con los líderes de unas organizaciones que a través de Internet crecen y se desarrollan. Este espacio público es quien les da la posibilidad de que su mensaje llegue a miles de personas y se difunda entre gente en estado solitario o marginal. Aunque el número de gente que se encuentre dentro de estas organizaciones no es elevado, se cree que por cada integrante hay alrededor de una 100 personas que simpatizan con las ideas generales de su partido. Para saltar de la silla e incluso para reír (por no llorar) son algunas de las intervenciones y las actitudes, como en la foto de arriba. Esvásticas, saludos nazis, rituales, disfraces y sobre todo, unas creencias que asustan.

La América del Odio deja una sensación de peligro. ¿Realmente estos personajes piensan así? ¿Hay gente que está convencida de esas ideas? ¿Hasta dónde pueden llegar? Visualmente poco atractivo, el contenido se lleva todas las miradas en otro buen documental de un Jon Sistiaga atrevido y valiente.

Aquí las imágenes de los entrevistados.