La comunidad: orsai y panenka

Asistimos, desde hace unos meses, a un cambio de modelo, a una nueva estrategia de marketing donde la diferenciación y el valor añadido han cobrado vigencia, aún más, y donde se busca una constante económica que, lejos del enriquecimiento, permita la supervivencia. Nada hay más noble que la supervivencia. Hoy me gustaría detenerme en dos publicaciones excelsas: Orsay y Panenka. Son dos claros ejemplos del nuevo signo de los tiempos, revistas minoritarias, autónomas, autoeditadas, independientes y que han sabido segmentar muy bien a sus públicos. Dice Orsai algo así como: somos caros, distribuimos mal y a veces nos retrasamos, pero si quieres revistas puntuales, económicas y bien distribuidas, en el kiosko de la esquina hay cientos. Es pura estrategia. Orsai ha sabido establecer una red mundial de lectores, de seguidores que, además de comprar la revista mediante suscripciones, prescriben el producto, lo comentan en blogs, en Twitter y generan la difusión suficiente como para que los contenidos y la publicación sigan sumando adeptos. Panenka, por su parte, ha conseguido hacerse con un hueco muy pequeño alejado del ruido de los grandes diarios deportivos. Es una revista de fútbol, de pasión, de emoción, de pensamiento. No pretenden generar polémicas ni hablar del éxito, más bien todo lo contrario y, ahí, es donde se circunscriben los verdaderos amantes del deporte. Panenka ha logrado un hueco muy importante y sobrevive pese a las dificultades. Son solo dos ejemplos de publicaciones que han sabido conjugar el papel e Internet, dos publicaciones que han generado una comunidad que les defiende, les protege y les apoya. En un mundo tan globalizado, conseguir ser referente en un nicho de mercado tan manido como la cultura o el fútbol no es sencillo, pero mantener cientos de seguidores que apoyan la labor, menos. Los criterios son sencillos: segmentación, buena estrategia de marketing, diseño (el gran olvidado) y calidad de contenidos. Muy alta calidad en los contenidos. Aunque parezca sencillo, no lo es tanto. La proliferación de este tipo de publicaciones es un síntoma excelente de la buena salud de cierto periodismo y de que existe vida, a pesar de todo.