Fibra alimenticia: vital para la salud
El cuerpo necesita desechar los desperdicios, la fibra es un buen aliado ya que absorbe líquido en cantidades mayores a su propio peso y esto ayuda a mantener la materia fecal suelta y previene el estreñimiento. La fibra soluble regula el nivel de azúcar en la sangre, ayuda al cuerpo a digerir mejor las grasas y reduce el nivel de colesterol, también controla el peso puesto que no tiene calorías y generan saciedad.
No hay cantidades diarias mínimas recomendadas, sin embargo, especialistas en nutrición recomiendan que un adulto consuma entre quince y treinta gramos de fibra al día. Una dieta en la que se consume mucha carne, grasas, azúcar y alimentos procesados contienen aproximadamente diez gramos de fibra al día. Por lo tanto, este tipo de dieta no contiene suficiente fibra. Para aumentar la dosis lo más recomendable es cambiar ciertos hábitos alimenticios y, al preparar alimentos que contengan mucha fibra, hacerlo de manera que no la pierdan.
Si no se consume suficiente fibra, a corto plazo, el resultado será el estreñimiento, los efectos a largo plazo pueden ser más serios. Una dieta pobre en fibras, combinada con el consumo de muchas grasas y calorías, puede resultar en obesidad, diverticulosis (la formación de bolsas a lo largo de la pared debilitada del Colon), aumento del nivel de colesterol y mayores posibilidades de cáncer del Colon o de Mama.
Aumentar el consumo de fibra es fácil si sigue las recomendaciones de la pirámide de los alimentos y se come de dos a cuatro porciones de fruta, de tres a cinco porciones de verduras y entre seis y once porciones de granos, panes, cereales, arroz y pasta.
Al ir aumentando el consumo de fibra, es recomendable aumentar también la cantidad de agua y otros líquidos para ayudar al cuerpo a digerir mejor y a adaptarse al cambio en la alimentación.