Revista Opinión

La ficción de los golpistas

Publicado el 04 noviembre 2017 por Vigilis @vigilis
Estudiar la ficción obliga a abrirse a un mundo de posibilidades infinitas. La ficción demanda de la imaginación del autor quien como albañil de las ideas utiliza la argamasa de la experiencia, los ladrillos del conocimiento y el plano de la creatividad. La ficción atrae porque cuadra. En un mundo ficticio las cosas tienen sentido, casan, se explican. Supongo que en ocasiones habéis compartido conmigo la sensación de que la ficción parece más real que la realidad. Esta sensación de realidad es lo que explica la atracción que suscita la ficción.
La ficción de los golpistas
El uso de la ficción en el ámbito de la política está íntimamente relacionado con la demagogia. La demagogia es una forma de discurso en el que se apela a los sentimientos y no a la razón para conseguir el efecto deseado. En la vieja Hélade que enfrentó mito y logos la forma del discurso era algo que solía ser analizado. Tanto el contenido formal del discurso que formaba parte de lo que entendemos por ética como el envoltorio que lo engalanaba que pertenece al ámbito de la estética, las dos cosas iban de la mano. Bien podía fracasar un discurso en un senado por no elegir las palabras correctas.
Cargar las tintas en la estética del discurso puede llevarlo fácilmente al terreno de la literatura, al terreno de la fantasía. Y si hablamos de un discurso político esto es muiy peligroso. La política por definición no debe desvincularse de la realidad ya que dejaría de ser política y pasaría al terreno de lo religioso (por ejemplo). Y esto es lo que para nuestra infelicidad futura lamento ver en nuestros días.

La ficción de los golpistas

El de Cavil en Estrella de Combate Galáctica es el discurso definitivo de la xenofobia químicamente pura.

Hay gente que parece que vive en un permanente juego de rol en vivo, que es incapaz de desconectar. Paisanos que impulsados por la emoción demagógica y atraídos por la redondez de la ficción viven inmersos en la fantasía. En una fantasía peligrosa porque trasciende lo literario y pretende influir en la política, en la organización de la sociedad y en la redacción y aplicación de las normas.
Así tenemos por ejemplo las peticiones al gobierno de España de anular una medida cautelar de prisión de un tribunal contra una banda de golfos. Como si estuviera en manos del gobierno hacer eso. Tenemos el tan insistente como falso relato demagógico de los millones de muertos que provocaron los mandos de la Policía de la Generalidad-Mozos de Escuadra al lanzar a sus agentes contra las medidas de los jueces. Da igual que al final de aquella jornada de rol en vivo, con decenas de miles de enloquecidos hijos del odio enfrentándose a miles de agentes de la ley, sólo se contara un herido (y ni siquiera por un golpe directo sino por una rebotada bola de goma). Da igual que el golpismo esté en minoría en Cataluña porque repiten insistentemente que hablan por todos los catalanes. Ahora lo último es presentar a España ante el resto de Europa como un país violento que persigue libertades inexistentes. Estamos en ese capítulo de la ficción, cosa que llama la atención porque el Reino de España es hoy uno de los países más pacíficos, tolerantes y libres del mundo tal como recoge cualquier sistema que compare estas medidas entre distintos países. No sorprende que en el resto de Europa ya tomen a esta gente como un frívolo circo que hay que meter en la misma categoría mental que el tío que publicó la Wikipedia de los chivatos, el polémico y maleducado humorista Leo Bassi y los gags de las películas de Luis de Funes. Se han quedado en eso.
La ficción de los golpistas

Ah, pero al quedarse en eso y al ser eso es cuando aumenta la desesperación del sector más fanático. No importa que tras solo una semana de gobierno regional intervenido (sólo intervenido en lo que a convocatoria de elecciones se refiere ya que todos los funcionarios siguen trabajando con normalidad y los medios públicos secuestrados por los sediciosos inexplicablemente siguen escupiendo mensajes de odio sin pudor) la vida cotidiana continúe exactamente igual. El animal más peligroso es el que está herido. Y en esa campaña electoral permanente en la que se ha instalado la mitad traidora de la política catalana (o sea, la mitad bananera-tercermundista) mucho me temo que los vamos a seguir viendo cómo se alejan más y más de la realidad.

Como digo, esto es muy peligroso. Existía un peligro inmediato que se logró parar mediante la acción de la justicia (hay media docena de golfos en prisión esperando a juicio) pero hay otro peligro que puede venir de la desconexión de la realidad. Un peligro protagonizado por un anónimo fanatizado por el discurso nacionalista del odio. Creo que el deber más importante para las fuerzas de seguridad es anticiparse y tratar de prevenir un atentado por eso no entiendo el manejo de los tiempos del gobierno. Como tampoco entiendo que se evite la inmediata intervención en los altavoces mediáticos xenófobos. ¿Es prudencia ante la posible respuesta de la turba fanatizada o hay interés en dividir todavía más a la sociedad catalana?
En todo lo que dura esta crisis la única posición razonable es la de acompañar al gobierno que con sus más y sus menos se adapta a las decisiones de los tribunales y cumple lo estipulado en la ley. Pero cuando la crisis termine igual hay que repasar cosas.
Es muy cansino estar en el lado de la realidad ya que la realidad no es perfecta, no cuadra, tiene cabos sueltos, decisiones que luego nos parecen equivocadas, motivos contradictorios... todas esas cosas que distinguen a las personas reales de los personajes de ficción.

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