Con un mes de retraso (el estreno comercial estaba previsto para fines de septiembre), La hermana de Úrsula Meier por fin desembarcó en nuestra cartelera porteña. el jueves pasado. L’enfant d’ en haut -El chico de arriba en castellano- es el título original de esta conmovedora ficción que cerró la 14ª edición del BAFICI en abril de 2012, y que el mes pasado formó parte del ciclo organizado por el Teatro San Martín y la Fundación Cinemateca Argentina en honor a la directora franco-suiza.
Cuatro años separan a este nueva película de la anterior, la aquí recomendada Home. El título internacional (Sister) alude al único vínculo de sangre que el niño protagonista, excelentemente interpretado por Kacey Mottet Klein, preserva a toda costa.
Un poco como los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne con El chico de la bicicleta, Meier aborda la temática de la infancia desprotegida en la Europa desarrollada. De hecho, la falta de contención adulta se manifiesta a nivel estatal (ningún servidor público interviene en la vida de Simon), colectivo (el entorno social da pruebas de indiferencia o ejerce prácticas expulsoras) e individual (en el fenómeno de abandono paterno).
La realizadora también coincide con sus colegas belgas en cierta demostración de piedad para con los espectadores y, sobre todo para con su personaje. De ahí la concesión del final abierto con un resquicio de esperanza.
Gran sorpresa para los seguidores de la serie X-files: Dana Scully -o mejor dicho, Gillian Anderson- integra el elenco junto con Léa Seydoux (una relevación en tanto hermana reivindicada en el título internacional), Martin Compston, Magne-Håvard Brekke y el veterano Jean-François Stévenin.
Cuesta encontrarle fisuras a La hermana, cuyo desembarco -aunque tardío- vale la pena celebrar.