La juventud de las imágenes: el montaje como escritura creativa

La progresiva aparición, durante los últimos años, de accesibles cámaras de vídeo, equipos y programas de edición, ha supuesto una apertura de las posibilidades para imaginar de nuevo el cine. Los medios artísticos se reinventan o cambian cuando lo hacen sus herramientas, y se descubren diferentes modos de pensar o producir los proyectos.

El trabajo creativo desde el montaje es inmediato y material, y se evitan así las largas demoras en busca de financiación que suelen frustrar tantos proyectos. En esta época en que la industria del cine ve decaer sus viejos y costosos sistemas de producción, se hace necesario desarrollar otras e innovadoras formas cinematográficas que nazcan y exploren las posibilidades (de producción, difusión, exhibición) que generan los soportes digitales.

En ese sentido, el montaje no puede ser visto exclusivamente como la tercera fase del proceso fílmico, la postproducción, ni menos como una función técnica, sino también como una escritura en imágenes y sonidos, que posibilita procesos más personales y autónomos, y abarca las diferentes etapas de la creación, desde el guión y la estructura dramática hasta el trabajo final de postproducción sonora y visual. El montaje, como forma de relacionar imágenes, se hace también extensivo a la gran diversidad y demanda de trabajos audiovisuales que hoy se precisan, no solo en la pantalla de cine, sino en tantas otras que han ido apareciendo con esos nuevos soportes visuales.

Bajo esta concepción, nace el Postgrado en Montaje Audiovisual del IDEC-Universitat Pompeu Fabra, donde se realizarán películas individuales concebidas desde el montaje, en un tipo de escritura personal –semejante a la del pintor o el escritor- que aprovechará los recursos digitales y el archivo extraordinario que supone Internet, mediante la reapropiación de imágenes de archivo o ajenas, o bien grabadas por uno mismo.

La promesa de la juventud del cine no es nueva. Bresson veía su porvenir en “una raza de jóvenes solitarios” y Coppola su futuro en la película que hará una muchacha de quince años. En los últimos años, los jóvenes están sustituyendo la literatura por las cámaras de vídeo para dar cuenta de sus experiencias inmediatas y afectivas, y sus recuerdos. En esta nueva época, el montaje se convierte en una herramienta central para ordenar, reinterpretar y componer sentidos narrativos y poéticos a las imágenes que vemos y hacemos nuestras.