Revista Sociedad

La ley de Dollo

Publicado el 26 febrero 2019 por Salva Colecha @salcofa

No se si has oído hablar de unas lagartijas que viven en los Andes que se han empeñado en hacer la contraria al mismísimo Darwin. En su empeño en dejarlo en ridículo se han convertido en el primer animal (que yo sepa) capaz de revertir su evolución. Me explico. A no ser que seas creacionista sabrás que los animales han ido evolucionando poquito a poco La ley de Dolloa lo largo de los siglos (Bueno, no todos, porque todavía nos queda mucho cavernícola suelto). Y eso mismo hicieron las lagartijas de Sudamérica, al mudarse a las frías montañas de los Andes dejaron de poner huevos y pasaron a reproducirse como los mamíferos porque los huevos se congelaban y así era difícil conseguir “masa obrera” para sostener las pensiones. Pues bueno, resulta que ahora acaban de descubrir que las lagartijas que han descendido a zonas más bajas de las montañas han vuelto a la cosa esta de poner huevos, todo un misterio según dicen los expertos. Los animalitos se han pasado por el forro la ley de Dollo al haber sido capaces de volver atrás. Seguro que estás pensando que eso sólo lo pueden hacer unos bichejos regeneran su propio rabo si lo pierden. No se, puede, pero me preocupa que todas la barbaridades que estamos oyendo estos días no sean síntomas de que nos estamos volviendo primates.

Después de ver que se demuestra eso de que la evolución puede no ser para siempre y que

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una cosa es involucionar por necesidad y otra hacerlo porque nos hemos creído que vivimos en mundo regalado en el que no valoramos lo que ha costado llegar a donde hemos llegado. Deberíamos apagar la tele, sentarnos un rato y pensar quienes somos y hasta donde estamos dispuestos a consentir el expolio que estamos sufriendo. Es necesario saber si ya hemos rebasado la frontera entre el “sacrificio por la causa” y la ofensa a todos nuestros antepasados que dejaron sus vidas para que NOSOTROS pudiésemos vivir un poquito mejor. Igual ya va siendo hora de aceptar que nos han llevado al borde de la aberración, decir basta y no permitir que nos empujen un paso más allá.

Seguro que te parecería raro si hace años alguien hubiese pedido una lista con los que luchaban contra el terrorismo. ¿No te parece más extraño todavía que un grupo de sujetos

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recién aterrizados en un mundo que se supone civilizado se atreva a cargarse toda la legislación y pida una lista con los datos personales de los trabajadores de las Unidades de Valoración Integral de Violencia de Género, y ya de paso meter en el saco a los que creemos en la igualdad de género y en la urgencia de unas políticas para acabar con la violencia contra las mujeres?¿Para qué buscan esos nombres?¿Es que quieren hacer listas como buenos fascistas?¿Es que no
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entienden de libertades y de derechos? Que preguntas más tontas hago, es obvio que los derechos básicos no van con aquellos que legitiman la riqueza de unos pocos al precio que sea o que se atreven hasta a mercantilizar las vidas de los niños que se compran y venden en Ucrania sin tener en cuenta ni los más básicos derechos humanos (es que es leeros y me da la urticaria). ¿Qué quieres que te diga? Debiera ser al revés, es la justicia quien debiera pedir la lista de los energúmenos que brotan como setas en las plazas de nuestras ciudades pregonando atrocidades.

Y el caso es que todavía hay quien se sorprende. Pues esto sólo es el principio de lo que

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vamos a sufrir si no les paramos los pies. Hoy dicen que buscan gente que no está cualificada. Mañana vete a saber por dónde continuarán la caza de brujas, pasado mañana pasarán a la acción contra los que les molesten y montarán escuadrones de “Camisas Negras” o una Gestapo. Es más serio de lo que parece, créeme si te digo que los alemanes no votaron en su día a los Nazis por sus políticas salvajes y a pesar de eso ya ves la que se armó. Asustan.

Esto es VOX, el partido que ha sellado el pacto para las generales con la foto de Colón. Es la ultraderecha, aunque Casado y Rivera intenten disfrazarla para

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que no nos demos cuenta de que no son más que las tres cabezas de la misma hidra jugando al “bueno, el feo y el malo”. Pero por lo menos esta vez, cuando vayamos a las urnas, nadie podrá decir que no estaba avisado.  Son lo que parecen, cuidado no vayan a abolir la Ley de Dollo y acabemos nosotros también como las lagartijas, poniendo huevos.


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