Las libélulas se mueven hacia el norte con la llegada de la primavera, pudiendo alcanzar latitudes muy elevadas. También la localizamos en nuestra zona, de hecho el año pasado 2017 descubrimos los primeros indicios de reproducción de esta especie en Asturias. Una vez elegidos los humedales donde se reproducirán, las larvas de esta especie se desarrollan a gran velocidad, y en apenas tres meses pueden dar lugar a nuevos adultos.
Cada vez existen más indicios de que estos nuevos individuos emprenden el viaje a la inversa de sus progenitores, rumbo al sur, con la llegada del otoño. Así se ha registrado por ejemplo en las costas de las islas británicas. Yo pude ver varios individuos en la playa de Xagó el otoño pasado, y este martes 17 de octubre las volví a localizar. Se trataba de tres o cuatro ejemplares que cazaban activamente dípteros en la zona de las dunas, posándose muy de vez en cuando. A uno de ellos le pude tomar las escasas fotos que ilustran esta entrada.
