Es una especie ampliamente distribuida por el concejo ya que es muy ubicua, aunque prefiere aguas someras y estancadas. Su periodo de vuelo es bastante largo, ya que los primeros emergen en mayo, aunque los máximos se registran en septiembre. Estos que he detectado hoy se pasaban la mayor parte del tiempo en posaderos como pequeños troncos, piedras o cañas secas, absorbiendo toda la energía solar posible.
Presentan un comportamiento territorial, ahuyentando a los otros machos que pasan por los alrededores, aunque tras cortos vuelos regresan a sus posaderos. Sin duda tratan de gastar la menor cantidad de energía posible. Es muy posible que este atípico invierno, con temperaturas entre 15 y 20º y días muy soleados, esté contribuyendo a alargar su supervivencia.
No se ven muchas hembras, puede que estén más escondidas, pero una de las cosas que he podido ver hoy, sin duda muy interesante, es una puesta en las aguas someras de una de las charcas.
