Revista Cultura y Ocio

La maldición del tigre, de Colleen Houck

Por Eltiramilla

La maldición del tigre, de Colleen HouckLlega el verano antes de la universidad y a Kelsey la contratan en un circo ambulante. Allí conoce a Ren, un tigre blanco venido de la India con el que establece una relación especial: le lee poesía, le cuenta su día a día, le acaricia sin que el felino parezca tener ganas de comérsela… Un buen día llega al circo el señor Kadam, que compra a Ren para llevarlo de vuelta a su hogar y contrata a Kelsey para que supervise su seguridad durante el largo viaje. Un viaje lleno de magia, secretos, amores no correspondidos, dioses que cobran vida, animales que no son lo que parecen… y una maldición centenaria.

Vamos a empezar por los cimientos de este libro: es el primero que escribe la autora y hasta que una editorial no pagó muchos dólares por él, se publicó en Internet. No dudo de que los autores noveles y/o autoeditados sean capaces de orquestar novelas maravillosas, pero ese no es el caso de Colleen Houck. Ha imaginado una historia bonita y llena de exotismo, con la majestuosidad de la selva india como telón de fondo… pero lo bueno termina ahí. La maldición del tigre es una novela insoportablemente larga y previsible, se encuentra plagada de personajes muy mal trabajados que están ahí sin saber muy bien qué hacer porque no hay un conflicto claro, y está escrita con una pluma al nivel de los cuentos de Teo va al circo o Teo va de vacaciones. A esto hay que sumar las muchas situaciones inverosímiles que bailotean a lo largo de la historia; por ejemplo, el hecho de que a una posadolescente corriente y moliente la contraten para encargarse de la seguridad de un tigre. En general, la obra no es más que una sucesión de hechos apelotonados que no emocionan porque no hay ni clímax, ni conflicto, ni enemigos, ni nada que pueda hacer cabalgar la historia. Si al menos los personajes tuvieran que enfrentarse a algunos problemas, la historia tomaría más forma, pero resulta que cada traba se resuelve felizmente en un máximo de dos páginas. Eso sin contar con que los obstáculos con los que se topan a veces son del todo surrealistas, como cuando de repente cae una piedra del cielo que le acierta a Kelsey en la nuca y como consecuencia se desmaya y casi se ahoga al caer al agua: primero, la escena sobra porque no tiene razón de ser, y segundo, sigo preguntándome de qué cielo llueven piedras y de qué poderoso material estará hecha la nuca de esa chica. Lo que sí puedo contaros es de qué está hecho su cerebro: de paja. Kelsey es una protagonista boba, insufrible y especialmente poco inteligente, y está llena de contradicciones: que si ahora le quiere, que si luego no, que si al segundo siguiente moriría sin él…; que si no cree en la magia pero unas páginas antes no ha tenido problemas para aceptar que un tigre pueda convertirse en humano… Oh, y qué frialdad la suya, casi disfruta cuando se da caza a un pobre animalillo; una escena, por cierto, en la que la autora se recrea de repente y de forma excesivamente gratuita. Podría seguir explicándoos lo mal hecha que está la historia de amor, construida con clichés flojos y aburridos… pero prefiero parar. Me estoy poniendo nerviosa hasta yo. Sobre todo porque esto no ha hecho más que empezar: esta novela es la primera de una saga.

La maldición del tigre es una obra de malos planteamientos, situaciones absurdas, personajes planos y superficiales que nunca evolucionan, y amores a primera vista. Que sí, que la ambientación es decente, el tigre es una monada y en realidad se cuenta una historia bonita… pero Colleen no ha sabido sacar partido a nada. Le han faltado estilo, inteligencia, profundidad, frescura y originalidad. Además, aunque la selva india me ha parecido maravillosa, ha pintado el país como si fuera la repera, olvidando su terrible miseria.


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