Revista Ciencia
La miel se ha utilizado desde la antigüedad para tratar múltiples afecciones, pero fue a finales del siglo XIX cuando los investigadores descubrieron que tenía cualidades antibacterianas naturales. La miel de Manuka de Natrea, que procede exclusivamente de Nueva Zelanda, incluye una potente actividad antimicrobiana que fue descubierta en la década de los ochenta por el profesor Peter Molan. Las propiedades curativas de la miel de Manuka son conocidas desde hace siglos por los nativos del país. El néctar del mirto del Mar del Sur, que solo crece en Nueva Zelanda y es recolectado por las abejas melíferas, es la base de la miel de Manuka de Natrea. La planta, el arbusto de Manuka (Leptospermum scoparium), también se llama planta del árbol del té y pertenece a la familia de la familia de los mirtos. Los maoríes, nativos de Nueva Zelanda, siempre han usado varias partes de las plantas para tratar heridas, enfermedades de la piel, resfriados o molestias gastrointestinales. De hecho, en Nueva Zelanda utilizaban las hojas del árbol de té en infusión, pero en realidad las propiedades antibacterianas y antinflamatorias de los aceites esenciales de esta planta son decisivos para el efecto de la miel de Manuka de Natrea, dado que incluye estas características en mayor medida.
Componentes de la miel de Manuka Todo tipo de miel posee alguna acción bactericida por efecto del peróxido de hidrógeno que contiene. Pero, en general, esta acción es de corta duración porque este componente se disuelve rápidamente en el organismo humano. La investigación del profesor Molan reveló que la acción antimicrobiana de la miel de Manuka se mantenía incluso extrayendo el peróxido de hidrógeno. Además, la miel de Manuka de Natrea contiene cantidades significativas de metilglyoxal (MGO), un ingrediente activo que tiene acción bactericida y que surge en los organismos vivos en presencia de glucosa para asegurar la salud de las células. El metilglioxal de la miel de Manuka está presente en el polen y la miel producida y, mejor aún, permanecen estables después de ingerido, sin cambiar sus propiedades curativas. En este sentido, el profesor Thomas Henle, de la Universidad de Dresden, Alemania, señaló en un estudio que “la investigación demuestra de forma inequívoca que el MGO es directamente responsable de la actividad antibacteriana de la miel de abeja”. La miel de Manuka ha demostrado ser eficaz en la lucha contra bacterias tales como estreptococos y estafilococos, la “Helicobacter pylori”, que produce úlceras, la “Escherichia coli” que producen cólera, y muchas otras bacterias que ya son resistentes a los antibióticos existentes. Pero no solo son importantes las propiedades antibacteriana, antiviral y antimicrobiana de la miel de Manuka, puesto que también es efectiva como antioxidante, antiséptica y antifúngica.
Áreas de aplicación La miel de Manuka de Natrea es adecuada para una amplia gama de aplicaciones externas e internas. Por ejemplo, es una buena alternativa a los remedios convencionales para lesiones, enfermedades de la piel e incluso picaduras de insectos. Asimismo, puede tratar las abrasiones, los cortes, las quemaduras e incluso las heridas crónicamente inflamadas en la piel, así como el eczema, los hongos o la psoriasis. Para uso interno, la miel de Manuka de Natrea es útil para los resfriados, la inflamación intestinal, la gingivitis, la gastritis y la cistitis. A través de los ingredientes activos en la miel de Manuka, la bacteria se ve privada del caldo de cultivo y, por lo tanto, se evita una mayor propagación en el cuerpo. Como puede comprobarse, las virtudes del néctar de Nueva Zelanda son cuantiosas y por ello es un producto sumamente buscado en todos los países del mundo.