Las especias han sido siempre utilizadas en la elaboración y conservación de alimentos ya que aportan sabor y, sobre todo, porque actúan como conservantes naturales alimentarios. La mostaza es una de ellas, por su sabor, sus propiedades antisépticas y microbianas y sus excelentes beneficios sobre la salud a nivel respiratorio, digestivo y reumatológico.
La mostaza es diurética y un buen estimulante del apetito.
Se puede utilizar para calmar el dolor de pies: si mezclamos un puñado de granos molidos en un barreño con agua caliente y sumergimos los pies durante 10 minutos, notaremos un alivio evidente.
Existen tres variedades principales de plantas de mostaza de las que se extraen la mostaza negra, la mostaza parda y la mostaza blanca.
Siempre es mejor comprar las semillas de mostaza y molerlas cuando se van a utilizar; así se conservan mejor, aunque en su uso gastronómico, se pueden utilizar tanto las semillas enteras como molidas.
Antiguas civilizaciones como la griega, egipcia o romana, ya la utilizaban como condimento en sus comidas y también como medicina, pero fueron los romanos los que solían beber mosto con semillas de mostaza machacadas, de ahí su nombre actual, porque ellos lo llamaban mustum ardens (mosto ardiente).
Nota: Consulta todas nuestras recetas con mostaza
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