Revista Coaching

La naturaleza de nuestro trabajo ha cambiado

Por Elgachupas

Muestrario de sombreros

Foto por Nagyman (via Flickr)

Artículo original escrito por Jero Sánchez. Sígueme en Twitter.

Uno de los motivos por los que muchas personas no “rinden” lo suficiente, se sienten agobiadas por la gran cantidad de trabajo y, en resumen, no son productivas, es porque no se han dado cuenta de que la naturaleza de su trabajo ha cambiado. Ya no funcionan las técnicas tradicionales de organización, como tratar de agendar todo en el calendario. Para la mayoría de nosotros las cosas no funcionan como hace 20 años –y no me refiero a la tecnología, sino a la esencia misma del trabajo.

Como decía Peter Drucker, nos hemos convertido en trabajadores del conocimiento. Muchos de los proyectos que tenemos entre manos no tienen límites claros, y eso puede –y suele– generar cada día más y más trabajo. En definitiva, los modelos y hábitos de hace 20 años ya no son suficientes hoy en día.

Nuestros padres solían tener funciones muy bien definidas en las empresas en las que trabajaban. Sus obligaciones, y lo que se esperaba de ellos, raramente cambiaban a lo largo de los años –a menos que cambiaran de puesto. Sin embargo, las empresas actuales están en constante evolución, y esperan que nosotros también lo hagamos. Todo el tiempo cambian los objetivos, las prioridades, los compañeros, las técnicas y formas más efectivas de hacer las cosas… Ello implica que debemos ser mucho más flexibles a la hora de gestionar y ejecutar nuestro trabajo.

Por si esto fuera poco, nuestra forma de vida y la tecnología actuales permiten que entre en nuestro mundo un volumen de información muchísimo mayor que hace unas décadas, y que generemos un volumen de ideas y de compromisos aún más grande. Aquellos que sigan aferrándose a los métodos tradicionales de trabajo tendrán serios problemas para manejar esta situación, lo que finalmente se traducirá en altos niveles de estrés y, por supuesto, incapacidad para llevar a cabo las cosas que son verdaderamente importantes.

Ya no sirve programar el trabajo en una agenda –hoy las prioridades y los contextos cambian constantemente. No es suficiente con seguir un guión preestablecido –se espera que seamos creativos, aportando nuevas ideas y mejorando los procesos. Ni siquiera podemos conformarnos con ser buenos padres, esposos o hijos –nos hemos dado cuenta de que nuestro desarrollo personal es igual de importante que nuestros roles sociales.


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