Aunque los primeros estudios de Cecilia Levy fueron de diseño gráfico, sus ganas por trabajar con sus manos la llevaron a combinar el diseño gráfico con la encuadernación y la ilustración...
De ahí surgió su pasión por la creación manual de figuras reutilizando todo tipo de papel: papel nuevo, viejo, arrugado, rasgado, amarillento, amarronado, suave... Todos los tonos y texturas del papel le sirven a Levy.
Su materia prima preferida son los libros viejos. Su técnica consiste en despedazar las hojas en trozos pequeños y volver a montarlos para elaborar nuevos objetos. Sus creaciones son finas, delicadas, elegantes y bellas: botas, flores, cuencos, teteras, tazas, platos... Podemos disfrutar de ellas en su blog y en su web.
Comenzó a experimentar con objetos de papel en 3D en 2009. Desde entonces, ha creado gran variedad de objetos distintos, incluyendo tazas, platillos y cuencos. Siempre está buscando libros viejos para transformarlos y que su historia continúe de esta forma nueva y única.
El trabajo del papel maché cuenta con una larga tradición dentro del mundo de las manualidades. Antiguamente, con papel maché se hacían bandejas, jarras, e incluso mesillas o muebles de grandes proporciones. Pero la utilidad principal siempre ha sido la fabricación de ornamentos.
Papel maché significa simplemente papel masticado o machacado, y los únicos ingredientes son: papel, agua y cola de empapelar. Una vez seca la cola, el papel así elaborado resulta imperturbable al paso del tiempo.