La suerte terminó, y Boca ilusiona

Durante el análisis del juego de Riquelme en el apertura 2011, había quedado claro que además de las virtudes y errores de Boca, más errores que virtudes, existía la mala resolución de los rivales en los últimos metros. Ya con Argentinos, con Tigre, y especialmente con Rafaela, Racing, y Godoy Cruz, se habían evidenciado esas situaciones con la salvedad de que Rafaela había podido convertir lo que los demás rivales de Boca habían errado. Anoche también, contra un equipo que con poco consiguió un gol en cada tiempo debido a la buena resolución de las jugadas. La diferencia la puso Boca quien mereció mucho más de lo que obtuvo, habiendo jugado muy bien, habiendo sido superior al Fluminense duante casi todo el partido.
Si yo fuese hincha de Boca, Dios y la Virgen no lo permitiesen, habría sentido mayor tranquilidad en la derrota de anoche que en cualquiera de las victorias del apertura 2011. Ante un equipo muy egoísta, jugó la mayor parte del partido en campo de Fluminense, sin resignarse al pelotazo, intentando siempre. Cuando se vio en desventaja, no se desesperó, y fue a buscar el empate por todos los medios, pateó desde afuera, tiró centros, trató de entrar por el medio, con un Riquelme brillante, un Silva movedizo, un Mouche siempre presente, más los intentos de Ervitti menos preciso que otras veces, con la compañía de Rivero, la subida de Roncaglia, y la constante aparición de Clemente. Además, Caruzzo le da mayor solidez a Boca cuando después de recuperar la pelota hay que intentar tenerla, y el chaqueño Insaurralde marcando muy bien, e intentando no perder fácilmente la pelota.
Antes de empezar el segundo tiempo, Riquelme le dio indicaciones hasta al árbitro, sin embargo, todo lo hizo él. Se inventó un tiro libre, lo pateó como sabe, y en el rebote en el palo llegó Somoza a definir. Algunos jugadores, conformes con el empate, corrieron a festejar, mientras que otros volvían rápido a la mitad de la cancha para apurar el reinicio del juego. A partir del gol, Boca jugó como en los minutos finales contra Olimpo después del 2 a 0, y volvió a intentarlo todo hasta el final, incluso después de haber sido víctima del injusto segundo gol del Fluminense en la misma jugada que Boca había sufrido durante todo el campeonato pasado.
En el mejor momento de Boca, cuando parecía tener el partido en el bolsillo, los cambios de Chávez y de Gaona le quitaron el ritmo y tuvo que readaptarse. La falta de costumbre en la derrota hizo que Falcioni se apurara en los cambios en vez de esperar a que el rendimiento en alza que había encontrado empezara a decaer. No demoró en volver a ser el protagonista del partido, de la mano de un 10 que conceptualmente hace todo a la perfección. Jugando así, Es verdad que el Fluminense no es un gran equipo, o al menos no jugó anoche como si lo fuera, pero jugando así, Boca es candidato. No se desesperen.